viernes, 2 de diciembre de 2011

LA RIQUEZA DE LOS HUMILDES


En estos días de elecciones la política se convierte en un torneo de "quién da más, quién promete más”. Así fue en la cuarta república y así es en todas las democracias burguesas. Las Revoluciones pacíficas tienen la urgencia vital de revisar ese comportamiento.

La perentoriedad de dar emana de la costumbre burguesa de los paliativos propios de los períodos electorales. Había pueblitos del interior de la república que esperaban años los tiempos electorales para que asfaltaran las calles o pintaran la iglesia, y si se veían favorecidos por la visita de un presidente, hasta podían remodelar el liceo o decretar otra escuela. No importaba que las promesas nunca se concretaran, el sólo hecho de crear esperanza funcionaba como un bálsamo que alegraba y modelaba la vida de los humildes.

Las elecciones eran ocasión para transar voto por dádiva o por promesa de dádiva. Los chistes sobre los estrambóticos ofrecimientos aún resuenan en los velorios de los pueblos.

Con el tiempo, como sucede con todo lo que es capitalismo, las elecciones fueron cada vez tomando más carácter de troca comercial: la dádiva o la promesa era la mercancía, el voto se convirtió en moneda de cambio. El concepto, el argumento, la vista en el futuro, se olvidaron.

Esa actitud se hizo costumbre y en ese ambiente ocurre la Revolución Bolivariana. Ese es su tiempo y su territorio.

Lo sorprendente de la Revolución, del Comandante Chávez, es que consigue ganar las elecciones ofreciendo algo que los candidatos oligarcas no podían dar: devolver a los humildes la dignidad, darles la oportunidad, la vía, para demostrar su verdadero gran valor y apreciar su apoyo espiritual. En otras palabras: devolver la fuerza que los convirtió en Libertadores de un Continente, darles el verdadero poder, el de construir mundos, el de empinarse sobre sus miserias, el de levantar la mirada, el de dejar de ver el suelo, el mezquino entorno a donde los condenó la oligarquía, y volar alto con la visión en la humanidad.

Así los humildes, la masa, salió de la mediocridad de una existencia miserable en lo material, pero también en lo espiritual, condenada al aburrimiento de una existencia que no permitía la expresión de la grandeza que el pueblo de Bolívar lleva en el alma, esclavizado por lo trivial, la mente ocupada en la estulticia.

Esa es la clave de la participación de la Revolución pacífica en las elecciones burguesas: le da a los humildes la mayor riqueza, los hace humanos, guerreros de la causa de la humanidad, de la vida planetaria. Les otorga la grandeza de una vida plena, llena de hazañas para contar a sus hijos y nietos, los inscribe en las mejores páginas del libro de la historia, los devuelve a Carabobo, a Junín, los lleva a conocer y a dialogar con Sucre, con el Negro Primero, con José Leonardo, con Fabricio.

Es así, ya lo dijeron los grandes, lo dijo El Libertador en la cima del Potosí, el 26 de octubre de 1825:
      "Venimos venciendo desde las costas del Atlántico y en quince años de una lucha de gigantes, hemos derrocado el edificio de la tiranía, formado tranquilamente en tres siglos de usurpación y de violencia. Las míseras reliquias de los señores de este mundo estaban destinadas a la más degradante esclavitud. ¡Cuánto debe ser nuestro gozo al ver tantos millones de hombres restituidos a sus derechos por nuestra perseverancia y nuestro esfuerzo! En cuanto a mí, de pie sobre esta mole de plata que se llama Potosí y cuyas venas riquísimas fueron trescientos años el erario de España, yo estimo en nada esta opulencia cuando la comparo con la gloria de haber traído victorioso el estandarte de la libertad, desde las playas ardientes del Orinoco, para fijarlo aquí, en el pico de esta montaña, cuyo seno es el asombro y la envidia del universo".
 
           El Libertador, en la cumbre de su gloria, desestima la opulencia del Potosí y antepone la gloria de la lucha por la libertad. Una vez más toca la vena de la espiritualidad, en oposición a la recompensa material.

            En aquellos años difíciles de la guerra en su máximo fragor, el Libertador invita a los caraqueños a colaborar con el ejército independentista y sólo les ofrece el reconocimiento, la gloria, nada material:

            "Habrá padres de familia, jóvenes tiernos y otras personas que no tengan con qué acreditar su decidido interés: estoy muy convencido de esto, pero estos mismos padres, estos mismos jóvenes tienen la puerta abierta, los unos para sus hijos, y los otros para sí, para presentarse al Gobierno, que les destinará en lo que parezca más a propósito; entendidos de que todos aquellos que se presentaren al servicio a que se les destinare, sin devengar los sueldos que les quepan en las clases en que se coloquen, serán sentados sus nombres en un libro que el Gobierno abre desde hoy, para que en todos tiempos conste tan heroico sacrificio, e igualmente el de sus hazañas personales; para que la posteridad tenga con la consideración debida a su memoria y descendientes, uno de los libertadores de Venezuela".

            He allí el fuego que impulsó la liberación de un Continente, ese debe ser, es la única pasión que puede inspirar a nuestra Revolución. Darle esa oportunidad a los humildes, convocarlos a esa gloria, será darles la mayor riqueza, mayor que una montaña de plata como el Potosí.

viernes, 25 de noviembre de 2011

PROLETARIZAR A LOS OBREROS, PROFUNDIZAR LA REVOLUCIÓN

A contramano de lo que pensaron los clásicos, las Revoluciones se han dado en sociedades con poco desarrollo del proletariado. De este hecho incontestable surge una interrogante principal ¿cómo es posible que países con poco desarrollo de la clase revolucionaria se colocaran a la vanguardia de la humanidad, aun por encima de países con alto desarrollo del proletariado, cómo es ese movimiento?

Lo primero que se debe considerar es que las ideologías migran, eso es lo que hace posible la dominación. La ideología de la clase dominante es adoptada, coloniza a las clases subyugadas, de esa manera se hace hegemónica. De aquí que la ideología que emana de la condición proletaria puede migrar, a través de una vanguardia revolucionaria, a otras clases sociales. Entonces, la ideología que guía a un intento revolucionario es lo determinante en su futuro, no la composición de las fuerzas de ese intento.

En Cuba la clase revolucionaria fue la campesina que se empapó de la ideología revolucionaria. El Che, en El Socialismo y el Hombre en Cuba, nos dice:

"Llegó la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes, el individuo fue el factor fundamental."

Fue así, la vanguardia creció principalmente por la clase campesina, y fue sometida, tal como lo dice el Che, a un proceso de proletarización del pensamiento, de los hábitos. La ideología proletaria migra a la vanguardia campesina y la transforma en instrumento Revolucionario. Tenemos en Cuba, para ese momento, un núcleo proletarizado, y una masa, como dice el Che, dormida. La tarea de la vanguardia fue trasladar al resto de la sociedad la ideología, la conducta revolucionaria.

Pero ¿cómo fue ese proceso de proletarización de la vanguardia, cuál su esencia? La respuesta debemos buscarla en la vida guerrillera, allá se vivía la esencia del Socialismo: el sentido de pertenencia a la sociedad, al todo. La suerte del individuo estaba ligada a la suerte del todo, y el todo dependía de la suerte de cada uno.

El Che ilustra muy bien esta condición cuando en su libro, La Guerra de Guerrillas, dice: "Recuérdese que, en marcha, la velocidad de la guerrilla es igual a la velocidad de su hombre más lento". Es decir, la guerrilla es un todo, influenciado por sus partes y a su vez influenciándolas. Esta situación, esta existencia se puede asimilar a la esencia de las condiciones en una fábrica, en la producción. Aquí encontramos una primera aproximación a la proletarización, que podemos asimilar a la conciencia de pertenencia al todo, a la sociedad.

A partir de la Sierra Maestra la historia es conocida: La guerrilla se proletarizó, y proletarizó al resto de la sociedad y fundamentalmente proletarizó a los obreros, los encontró con su ideología, los transformó en Clase Obrera, en clase que entra en la disputa de la hegemonía de la sociedad.

Podemos concluir que la Revolución universal va construyendo sus leyes: la necesidad de un líder, de una vanguardia que se proletariza y proletariza al resto de la sociedad, a los obreros.

Esta enseñanza, estas leyes deben ser adaptadas a las condiciones de nuestro tiempo y nuestras circunstancias. La Revolución Bolivariana, es una Revolución pacífica, que convive con la oligarburguesía, en medio de una fuerte corriente reformista. En estas condiciones, el peligro de restauración, que amenaza a toda Revolución, es altísimo, imponerse a esa amenaza dependerá del éxito que se alcance en la lucha ideológica, y el núcleo central de esa lucha son los obreros. Afirmamos: en este momento histórico, tal como sea la suerte de los obreros, su comportamiento, la ideología que los guíe, así será la suerte de la Revolución. Es allí que se escenifica la más importante lucha ideológica.

Esto lo sabe el enemigo oligarburgués y reformista, por eso enfilan hacia allá toda su fuerza. Un ejemplo, la representante más clara del imperio, de la godarria, de los amos del valle, mariacorina, desciende a Guayana a exponer una tesis distraccionista, la dama de manto y peineta declara:

“Desde aquí, desde San Félix les digo a los trabajadores es momento de dar la lucha por lo que creen, por su familia, su trabajo, el derecho a la propiedad (…)

Es “fraude” al trabajador la propuesta hecha por el gobierno actual al trabajador de Guayana a quien “se le ofreció participar en la propiedad de las empresas y hoy les han arrebatado incluso hasta el derecho de poseer acciones tipo B”.

Más claro imposible, la oligarquía importándose por la propiedad de los obreros, zamuro cuidando tripa, ¿¡Por qué, qué buscan con esa demagogia, por qué la hacen ahora!? La respuesta es sencilla, lo hacen porque temen que los obreros se encuentren con su ideología, se transformen en Clase Obrera, en clase que entra en la disputa de la hegemonía de la sociedad y hagan a la Revolución invencible, tratan de extraviarlos con migajas, hacer que traicionen su papel histórico, que abandonen a su clase y al resto de la sociedad. Protegen así al capitalismo, el gran expropiador.

viernes, 11 de noviembre de 2011

LA TRANSICIÓN DE PLASTILINA

La ideología pequeño burguesa tiene como una de sus principales características la ambigüedad: todo lo que toca lo transforma en imprecisión, necesita la indeterminación. No precisar es su divisa, le aterra la definición, la llama dogmatismo y con esa excusa justifica la vaguedad. Va por la Revolución atemperándolo todo, diluyendo, extraviando: Si se proponen Consejos Comunales, la ideología pequeño burguesa opina que sean aislados, que no formen un tejido social nacional, si se sugiere partido, intenta confinarlo a su rol de maquinaria electoral, si se piensa construir un Polo Patriótico, lo enfrenta al partido, si se habla de Socialismo, inmediatamente brinca a proteger las propiedades de los capitalistas, y estimula con cualquier excusa esa economía.

Es una ideología que estira como chicle, como plastilina, con ella se puede moldear todo. Sus grandes construcciones teóricas son dirigidas a evitar la precisión, a pulverizar la seriedad del estudio, del pensamiento, así justifican cualquier intento de delinear las metas, de definir el rumbo. Emplean artimañas de sofistas de segunda, recordemos los ataques pequeño burgueses que esta Revolución ha sufrido:

"Esta es una Revolución autóctona, que no imita a nadie, empieza en sí misma", de esta manera intentaron privarnos de la historia universal, de la experiencia y la cultura mundial.

"Inventamos o erramos", fue otra de estas construcciones, deformaron el pensamiento de Simón Rodríguez para justificar cualquier improvisación. Cuando el maestro del Libertador hablaba, sabía que sólo se puede inventar sobre los hombros de los grandes pensadores, él rompía, inventaba encumbrado sobre los griegos, los enciclopedistas, lejos estaba de condenar el estudio. Fue así que "inventamos o erramos" se convirtió en justificación de cualquier desaguisado, se decía, estamos inventando y cualquier insensatez quedaba amparada.

Esta consigna, deformación del pensamiento del Maestro Robinson, justifica que no hay que estudiar, que un "difuso pueblo" todo lo sabe, no necesita del pensamiento pasado, ni el esfuerzo de producir nuevo conocimiento, espontáneamente y desde sus entrañas surgirá la verdad. Siendo así, para qué partido, para qué estudio, al contrario, se construye un culto a la ignorancia, un desprecio por las luces que el Libertador proclamó como nuestras mayores necesidades, que son sustituidas por unos saberes, siempre intuitivos adquiridos sin esfuerzos, donde todo puede suceder.

Se evita definir aludiendo que las metas están en construcción, que no se sabe bien cómo serán, que será la práctica la que definirá. De esta manera las fallas, la ausencia de resultados se atribuyen al proceso de construcción, que no termina nunca. Es una elegante manera de justificar la falta de rigor.

Otra idea que cubre todo abandono de seriedad teórica es el falso manejo del concepto de "Transición". Según esta deformación pequeño burguesa, en esta etapa cabe cualquier absurdo, cualquier alianza, estimular lo que queremos superar, todo es achacado a la "Transición" que es una especie de argumento de justificación universal.

Esta manera de ver la transición, que está soportada en libros y conferencias, esconde al reformismo redomado. Recordemos que la ideología pequeño burguesa es muy hábil a la hora de cumplir su papel de distractor de las posibilidades revolucionarias, recordemos que la socialdemocracia se cuela por entre las grietas de las debilidades teóricas de la Revolución, y la extravía.

Es imperativo, urgente, que la Revolución precise, dibuje con nitidez un concepto de "Transición". Este concepto es básico para el avance y para la defensa de la Revolución.

La "Transición" sería aquella etapa en que un sistema es desalojado de la hegemonía de una sociedad, por otro sistema que se hace hegemónico. O como diría Gramsci: "Es cuando lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir." Y añade, "en ese claro oscuro surgen los monstruos."

Podemos concluir que la "Transición" es un período de fuerte lucha en todos los campos: ideológico, militar, social, económico. Es un enfrentamiento feroz, una guerra despiadada, entre lo viejo y lo nuevo. Y los monstruos de que nos habla Gramsci son, siempre, formas de defensa de lo viejo, en otras palabras, fascismo, reformismo. Entonces, en la "Transición" se incuba la Revolución, pero también las formas que la evitan. Allí está Allende para ilustrar esta afirmación.

El éxito revolucionario en la "Transición" depende de muchos elementos, pero uno principalísimo, indispensable, es la claridad de objetivos ¿para dónde se dirige? ¿cuales son los rasgos fundamentales de la nueva sociedad que se pretende construir?. Sólo con esa construcción teórica, que es general, y simultáneamente es nítida se podrá avanzar, y evaluar su evolución, pero sin esa meta, la Revolución, irremediablemente, tendrá un curso desatinado y tarde o temprano será atrapada por lo viejo.

En anteriores trabajos hemos hablado del Socialismo según Marx, la esencia del Socialismo según Marx, los reformistas quieren hacernos creer que no existen estas puntualizaciones, que el campo queda abierto a cualquier disparate. Las precisiones ¡Existen! y son las líneas maestras de la nueva sociedad.

viernes, 4 de noviembre de 2011

LAS AGUAS QUE NAVEGAMOS

En Revolución es necesario con cierta frecuencia revisar el mapa de navegación, ajustar la brújula, prever el clima que nos espera más adelante, en resumen, es imprescindible revisar en qué aguas navegamos.
Quien quiera ubicarse en nuestra realidad debe comenzar por analizar la situación internacional, comprenderla y sacar de ella sus leyes, su movimiento. El mundo de hoy reclama nuevas categorías teóricas, la vieja noción de país ya no consigue abarcar una realidad que se ha modificado profundamente.
Las corporaciones trasnacionales forman bloques que  operan en una realidad supra Estados Nacionales, la salud del Sistema Capitalista no se puede medir por la salud de los países, sino por la salud de las corporaciones, de las grandes trasnacionales.
En algún polo capitalista hay déficit, dificultades relativas, pero otro polo igualmente capitalista crece vigoroso, fuerte. En estas condiciones ¿cuál será el balance del capitalismo mundial, qué tipo de crisis padece?
Es importante revisar algunos números para intentar percibir cómo se mueve la economía mundial, el capital. Veamos, por ejemplo, un informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) de 2008:
"Las principales Empresas trasnacionales (ETN) continuaron su expansión en el extranjero...
Continúa la expansión de la producción de bienes y servicios de unas 79.000 ETN y sus 790.000 filiales extranjeras, cuyo acervo de inversión extranjera directa (IED) superó los 15 billones de dólares en 2007. La UNCTAD estima que las ventas totales de las ETN ascendieron a 31 billones, lo que representa un Aumento del 21% con respecto a 2006. El valor añadido (producto bruto) de las filiales extranjeras en todo el mundo representó aproximadamente el 11% del PIB mundial en 2007, y el número de empleados ascendió a unos 82 millones.
Los flujos de IED en el Asia meridional, oriental y sudoriental y en Oceanía también fueron más altos que nunca, alcanzando los 249.000millones de dólares en 2007. La mayoría de las subregiones y economías, a excepción de Oceanía, recibieron entradas más elevadas. China y Hong Kong (China) continuaron siendo los dos principales destinos tanto de la región como de todas las economías en desarrollo."
Sin entrar en mayores detalles podemos captar que la economía hoy en el mundo es una economía dominada por las trasnacionales industriales y financieras. Y sabemos que la económica dominante, domina todos los aspectos de la vida social.
El capital migra buscando especulación financiera, energía y, sobre todo, buscando plusvalía, ésta, la explotación del trabajador, su sangre y su sudor, son la esencia del capital, no puede prescindir de ella.
Los Estados, siguiendo las necesidades de las trasnacionales, se agrupan en acuerdos militares y funcionan como un Estado Trasnacional Capitalista Mundial. La OTAN, las Cortes supranacionales, el Consejo de Seguridad de la ONU, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, son elementos de este nuevo Estado ya hegemónico en el planeta, aunque lleva en su seno grandes contradicciones.
Hoy estamos viviendo un nuevo reparto del mundo entre las trasnacionales industriales y financieras, y no entre los Estados.
Se crean nuevos mecanismos de coerción, no sólo militares, sino financieros. Ya no hay expansión territorial de los Estados, sino control por parte de las trasnacionales que dominan a las naciones y a sus gobiernos prisioneros, de las leyes del mercado.
Podríamos aventurar la siguiente hipótesis: se construye un pacto mundial entre los capitalistas financieros e industriales y sus aliados aburguesados nacionales, contra los obreros y el resto de las clases explotadas del mundo. Este parece ser el futuro de la economía mundial, en estas aguas navega la humanidad, y es en ese océano que se escenificarán las batallas del futuro. Es allí que debemos ubicar las luchas nacionales, averiguar a cuál bando favorecen los actores.
Lo fundamental de este nuevo cuadro que se va formando es entender que es hijo directo y dilecto del capitalismo, es producto inevitable del desarrollo, del movimiento natural del capitalismo. Quiere decir, que un capitalismo incipiente, pequeño, tenderá rápidamente a subordinarse, parecerse,  a las formas capitalistas más avanzadas del planeta, precipitadamente, dando saltos, pasará por las etapas que siguió el capitalismo mundial para llegar a su más evolucionado período, adquirirá su ética, sus valores. Quién no consiga cumplir este camino, quedará encallado.
Se deduce que no hay otra manera de superar la situación mundial de saqueo de las riquezas y apropiación del trabajo de millones de hombres, de condena de igual número a la exclusión, que superando el sistema que la da origen al capitalismo.
En esta situación la lucha por el Socialismo adquiere características de urgencia, define la posición política. Si se está con el capitalismo, en cualquiera de sus variantes, de sus rostros, se estará con la mayor esclavitud que la humanidad ha conocido. En contraste, colocarse al lado del Socialismo significa trabajar a favor de la única manera de construir un futuro viable y feliz para los 7 mil millones que somos.
A Venezuela el capitalismo mundial le ha asignado el papel de proveedor de materia prima barata, el futuro que le espera, si caemos de nuevo en manos del capitalismo mundial, es tenebroso, la Libia de la OTAN es el ejemplo reservado a países como el nuestro: gobierno títere, sumiso, riquezas confiscadas, pueblo excluido, pauperizado. Por eso, la lucha por el Socialismo es definitoria de la cualidad patriótica, no se puede ser patriota sin ser Socialista.

viernes, 28 de octubre de 2011

LOS CAMINOS DEL CREER

Muchos y torcidos son los caminos del creer, de la formación de creencias. Las creencias, las formas como se aprehende la realidad, son influenciadas por la cultura de una época, y esta cultura se entrelaza con la forma económica. Así, un sistema tendrá una relación económica, una cultura, unas creencias y unas formas de adquirir esas creencias que le son propias y lo definen. En resumen, las creencias corresponden, son parte del sistema específico, lo apuntalan, lo reproducen.

De aquí que la comprensión de la fisiología de las creencias es fundamental para el hecho revolucionario, que en definitiva es una radical sustitución de ellas. Las preguntas ¿en qué cree un pueblo? ¿cómo llega a creer?, son fundamentales.

El tema no es sencillo, sus raíces llegan hasta las profundidades inéditas del alma humana, se internan en aéreas que van desde el psicoanálisis hasta la bioquímica. El comportamiento humano es un misterio escurridizo al entendimiento, pero su comprensión es indispensable para el ejercicio político.

¿Cómo el hombre conoce, qué le es dado conocer?

Es una pregunta que ha interesado a los mayores pensadores del mundo, la filosofía afirma su desarrollo en esta pregunta, la relación del hombre y la realidad ha sido preocupación que acompaña a la humanidad desde su nacimiento, o quizá deberíamos decir que la humanidad nació cuando construyó esa pregunta, cuando pensó sobre el pensamiento.

El hombre ha desarrollado métodos para conocer. Siempre el humano utiliza un método para conocer, se podría hacer una historia de la evolución de estos, sus diferencias de acuerdo a las clases sociales, a los sistemas sociales, sus relaciones.

Se deduce que la cultura capitalista tiene como objetivo instalar en los dominados una manera de ver al mundo, una manera de construir sus creencias, en ese empeño juegan papel principal los medios de deformación, que podríamos nombrar como medios de formación, de certificación de creencias.

Lo primero que intenta la clase dominante es que el hombre no vaya más allá de su entorno, que no supere las apariencias, no generalice, no relacione, que se conforme con lo que ve a su alrededor, que, como decía Martí, piense que su aldea es el mundo. De esa manera, en su ignorancia, es fácilmente dominado.

Hoy nos interesa indagar en los métodos clásicos de conocer, que vienen desde lo profundo de la historia, son dos principales, el método deductivo y el método inductivo.

Método Deductivo. En este se aplican los principios generales ya descubiertos en casos particulares. Por ejemplo, sabemos que con los capitalistas no se puede hacer tratos, no son de fiar, siempre rompen los pactos, de ese principio general podemos deducir que un acuerdo con los capitalistas será roto según su conveniencia.

Una aplicación concreta del método deductivo sería así:

Los capitalistas no son de fiar.

Los candidatos de la mesa son capitalistas.

Se deduce que: Mariacorina, Pablo Pérez, Capriles, Leopoldo, etc, no son de fiar.

Método Inductivo. En éste, a partir de casos particulares, se eleva a principios generales. Un caso de aplicación concreta de este método sería: En abril los escuálidos afirmaron ser demócratas, y dieron un golpe. En diciembre afirmaron ser demócratas y dieron un golpe. A partir de estos casos particulares podemos inducir el principio general: los escuálidos esconden intención golpista tras sus confesiones de demócratas.

Un método de construcción de creencias, muy usado por la dominación es La Superstición, ésta fue definida por los clásicos como: "el temor al poder invisible imaginado por la mente o basado en relatos públicos permitidos".

Es así, la televisión, los medios de "formación de creencias" actúan como nigromantes, se basan en poderes invisibles imaginados por la mente y convertidos en verdad, en creencias que favorecen, que perpetúan su dominación. El capitalismo es una superstición.

En las elecciones burguesas la superstición es instrumento muy usado para la instalación de creencias que favorezcan a sus candidatos.

Los mecanismos de dominación también operan de manera decisiva sobre el fondo del alma del dominado, manipulan la mente desde la infancia más temprana, influyen en los pilares de la conducta humana: la sexualidad, los miedos, los apetitos, los instintos, etc., pero el estudio de estos no forma parte del presente trabajo.

El desarrollo del pensamiento humano, de las relaciones de producción, de las fuerzas productivas, la evolución de la filosofía, culmina hoy en el Marxismo, cuyo método es el más elevado que ha alcanzado la humanidad. Dota a las luchas de un instrumento para analizar la realidad, para adquirir el conocimiento, las creencias que permitan hacer la Revolución.

El Método Marxista reconoce a las clases sociales, aspecto muy importante en esta época donde tanta tinta y tantos argumentos se gastan para ocultarlas. Este método analiza la lucha de clases, de esta manera se sitúa en el centro de la historia de la humanidad, rescata la evolución, el movimiento, es historicista, desecha la perpetuidad de un sistema, anuncia la posibilidad de superar al capitalismo.

El análisis de la realidad, la manera como se haga tiene que ver con esta lucha de clases, está influenciado por la ubicación en una clase. El Método Marxista no es un eunuco, toma posición, es un instrumento para la práctica de cambio radical de la humanidad.

Siendo así, se comprende que el Método Marxista sea objeto de fuerte oposición por el mundo burgués, capitalista. Lo deforman, lo desprecian, lo ocultan. Saben que un pueblo, su vanguardia, son invencibles cuando analizan la realidad con este método, cuando a partir de él construyen sus creencias, su visión del mundo, su ideología.

viernes, 21 de octubre de 2011

¿ES INNECESARIO EL PARTIDO?

En tiempos de Revolución es permanente la discusión sobre el partido, el tema es preludio del debate acerca del Estado, o de la necesidad de un líder, y en el fondo está la discusión del gran tema: ¿Es vital superar al capitalismo, es imperiosa la misma Revolución? De aquí que la polémica alrededor del partido no es un tema menor, éste tiene relación con todos los asuntos centrales del núcleo teórico de una Revolución.

Para entender al partido, su vital importancia, debemos partir del mecanismo de dominación de la burguesía. La burguesía, el capitalismo, que es la culminación de todos los sistemas de explotación que ha conocido la humanidad, ha perfeccionado la dominación de tal manera que ésta, como nunca antes, descansa sobre el alma del dominado. Es decir, el sistema de manipulación del espíritu, que coloca al dominado como soporte de la dominación, ha sido perfeccionado a niveles nunca antes imaginados. Este es el centro de la dominación y debe ser el centro de los movimientos de liberación, de los movimientos socialistas.

Podemos decir que toda Revolución derrotada, lo ha sido por los humildes manipulados que ha intentado redimir. Entonces, la batalla principal de la liberación ocurre en el alma del dominado, es allí que se decide la suerte de la Revolución.

Es inmenso el poder de la dominación burguesa sobre el alma colectiva, al punto que un rompimiento de esa armadura se puede catalogar como un milagro. Se trata de romper con una cultura que tiene milenios, la cultura de la fragmentación social, del egoísmo, de lo material sobre lo espiritual, la cultura que ha convertido al hombre en mercancía, en verdugo de sus redentores, en crucificador de sus hermanos, de sus mesías.

La cultura, la ética del capitalismo instalada en toda la sociedad, funciona como una formidable y sutil defensa del sistema. Así, la división entre los hombres es una constante, en todo grupo humano estará presente la división, por motivos que no la justifican, por causas banales. Emerge esta cultura de la división de las relaciones económicas de competencia, de guerra de todos contra todos, de la propiedad nosocial de la economía, de la búsqueda del lucro individual. Nos han hecho pensar, aceptamos la división como natural, cuando en realidad es uno de los pilares de la cultura, de la economía de la dominación. Lo individual, egoísta, prevalece sobre lo social, lo colectivo.

La manera de pensar, el razonamiento, está condicionado por la manipulación mediática, instalan métodos de apreciar la realidad que justifican los absurdos del sistema capitalista. Nuestra manera de razonar es simple, no relacionamos, no tenemos historia. Así, un fascista, como leopoldo o capriles, por obra y gracia de dos cuñitas y un autobús se transforma en un pichón de estadista.

Existen miles de formas de manipular, se han perfeccionado durante siglos, tenemos miedo a formas políticas liberadoras. Así, más tememos al comunismo que a la bomba atómica, o al impacto ambiental del capitalismo.

La pregunta que surge es ¿Cómo romper la dominación blindada? La respuesta siempre tendrá como base, la existencia de un partido, de una vanguardia fortísima.

¿QUÉ ES EL PARTIDO?

Hemos visto que la Revolución es, en esencia, una guerra cultural contra la dominación capitalista. En esta guerra cultural es el Partido el destacamento más importante, porque es santuario espiritual y material de las fuerzas revolucionarias.

La dominación burguesa, capitalista, es inmensa, tiene muchísimo poder, pero no es perfecta, tiene grietas, y en ellas, como diría el poeta, acecha la conciencia revolucionaria. En ellas, en esas debilidades del sistema, algunos hombres, al principio aislados, adquieren consciencia de la dominación, de sus mecanismos, de la necesidad de librarse de la esclavitud.

Si estos hombres se mantienen aislados no son peligro para el sistema, a lo sumo son voces dignas que lo cuestionan, no podrán construir una alternativa al sistema, una respuesta. Los aislados entienden que deben unirse, formar algo que vaya más allá de lo individual, un nuevo organismo vivo que rescate lo social de la sociedad escindida, un territorio donde se muestre la fraternidad perdida, un refugio para el amaos los unos a los otros.

Ese nuevo organismo vivo, que surge en la sociedad, no puede quedarse ensimismado, viviendo como en una isla de fraternidad, tiene la obligación de, además de ser vitrina, ejemplo, de la sociedad que se propone, ser motor para su arribo, dirigir la lucha contra el sistema capitalista.

Ese nuevo organismo es una prefiguración de la nueva sociedad, presenta batalla al capitalismo allí donde él es más poderoso, en la cultura, es ejemplo de una nueva manera de relacionarse los humanos, es el núcleo del ejército espiritual, cultural que se enfrenta al sistema capitalista.

Ese nuevo organismo es el partido, o, si se quiere, la vanguardia política, es el destacamento más importante en la batalla contra la cultura capitalista, su capacidad estratégica, su formación teórica, su ejemplo, constituyen un indispensable instrumento en esa batalla.

El partido revolucionario es "creación heroica" se trata de una muestra de la sociedad del futuro, edificada sobre las individualidades del pasado que se quiere superar, es difícil, pero imprescindible. Sin esa profecía de la sociedad que nos transporta al futuro, no es posible presentar batalla cultural al capitalismo, no es posible construir, construirnos Hombres Nuevos, capaces de llevar adelante la Revolución.

La construcción del Partido tiene muchos enemigos, el principal es la costumbre, la cultura que nos habita, que aúpa teorías disolventes.

martes, 11 de octubre de 2011

MERCADO DE DOMINACIÓN

Una de las materias más apasionantes en el estudio político es el hecho asombroso de que una minoría ínfima consiga dominar a una gran mayoría, ponerla a su servicio y transformarla en principal soporte de su propia dominación. El estudio político, la política, en gran medida, giran alrededor de la pregunta ¿Cómo la clase dominante consigue la dominación?

Es verdad, si observamos el mundo percibiremos un asombro que recorre la historia de la humanidad: millones de depauperados y sólo miles de privilegiados. Millones de hambrientos, sólo unos pocos ahítos. Una porción pequeñísima del mundo consume más del ochenta por ciento de lo que el planeta produce, y el resto se conforma con las migajas. Desde el principio de la historia ha sido así, millones esclavos y miles señores dueños. Lo asombroso es que esta situación se mantenga por milenios. La política revolucionaria grande, la importante es el cómo acabar con esta situación.

Hay algunas noticias que ayudarán a la comprensión del fenómeno: "Una madre vende a su hijo pequeño, el dinero obtenido lo usará para llevar a los dos más grandes a Disneyworld." "Un muchacho vende uno de sus riñones para conseguir comprar un ipad." "Una joven vende su virginidad y usará el dinero para comprar un iphone." "Un mendigo en Estados Unidos pide limosnas para comprar el último disco de Britney Spears." "En Venezuela asesinan a miles para quitarles el blackberry." "asesinan en Venezuela para robar el automóvil." "Obreros exigen que repartan los dividendos en empresas que no dan ganancias." "Unos empresarios están presos y otros perseguidos por estafar a Bancos." "Los financistas de Wall Street ganan más en medio de las crisis que condenan a millones a la miseria y los llevan al suicidio." "Para los imperialistas capitalistas las guerras son un negocio, dan mucho lucro." "Los negocios alteran gravemente el equilibrio ecológico, derriten los polos, alteran el clima, contaminan, ponen en peligro la existencia de la vida, pero siguen siendo un negocio." "La gente protesta porque no tiene." "Otros protestan por tener oportunidad de tener." "Una gran fuerza militar y psicológica mundial protege al mercado."

"Con los votos de los que nada poseen eligen Presidentes que representan a los que desde el comienzo de los tiempos todo lo poseen." " Los que no poseen van a la guerra a defender las riquezas de los que los despojan." "Los que no poseen se matan entre ellos." "Los humildes son los principales enemigos de los humildes." "Los poseedores se unen bajo un mismo estandarte".

Si estudiamos los datos anteriores veremos que guardan relación: todos tienen en el fondo la necesidad, la compulsión de poseer mercancías, no importa el costo, no importa el cómo. Es así, el mundo se mueve por la exigencia de adquirir mercancías, aun a costa de la vida, por encima de las necesidades básicas.

El pensamiento de los clásicos se concreta: "El mundo de las mercancías, de las cosas, gobierna al mundo de los hombres", y lo hace llevándolo, llevándonos a los límites de la locura, de la esquizofrenia.

Es así, el capitalismo valoriza al humano de acuerdo a la cantidad de mercancías que atesore, o mejor, a la capacidad de adquirir mercancías: mientras más, mejor; mientras más rápido, mejor. Las mercancías pierden vigencia, pierden su capacidad de conferir prestigio al poseedor, y deben ser sustituidas. De esta manera se produce una circulación demencial de mercancías que permite al capitalismo acumular. La circulación de mercancías es para el capitalismo como la circulación de la sangre para el cuerpo, si se detiene viene la muerte.

El capitalismo, la dominación actual, la cultura que la sustenta está signada por esta circulación macabra: todo se piensa, se siente, se organiza alrededor de estas necesidades artificiales, de conseguir su satisfacción a como dé lugar.

Se teje una fina e imperceptible red de dominación que funciona de manera espontánea, que hace de la política el reino de las mercancías. Éstas, su circulación, su compra y su venta, determinan las acciones políticas.

La política con las elecciones burguesas, tal como se ha dicho, se transformó en un gran mercado, los candidatos son productos, mercancías. Pero, también las ideas, las acciones son mercancías, orbitan, son condicionadas por la compra y la venta. El que mejor se venda, el que más ofrezca, gana. El que ofrezca poco, el que se venda con deficiencia, ese pierde.

La voluntad consumista de las masas condiciona la política burguesa, y condiciona la conducta de los gobernantes, le pone coto a su acción, no pueden gobernar ni gobernarse fuera de la voluntad de la circulación de las mercancías, son esclavos del mundo de las cosas.

La Revolución, el rompimiento de la dominación, es en esencia la fractura del mundo de las mercancías, de la cultura que le da origen, lo sustenta. Para eso es necesario en primer término, fortalecer la ideología que guíe el rompimiento con las necesidades artificiales y patológicas. En segundo lugar, sustituir el sistema electoral burgués, o mejor, el mercado electoral burgués. Tercero, concientizar al pueblo. Cuarto, agrupar en una vanguardia, en un partido a los más conscientes, estos prefigurarán el mundo de las nuevas necesidades, de las nuevas relaciones, donde el humano regrese al centro de la vida, y las cosas ocupen su lugar de subordinadas, así labrarán la autoridad moral para dirigir las acciones liberadoras.

martes, 4 de octubre de 2011

EL SOCIALISMO DE MARX

Es común oír que Marx nunca prefiguró al Socialismo. Esto no es cierto, Marx escribió las líneas fundamentales de la construcción socialista. Dos son los textos esenciales donde encontramos estas olvidadas precisiones: El Capital tomo 1 (1873), y Crítica del Programa de Gotha. Exploremos el primero de ellos. Allí escribe Marx.

"hagamos primeramente que Robinson comparezca en su isla. Frugal, como lo es ya de condición, tiene sin embargo que satisfacer diversas necesidades y, por tanto, ejecutar trabajos útiles de variada índole: fabricar herramientas, hacer muebles, domesticar llamas, pescar, cazar, etcétera. (…) Pese a la diversidad de sus funciones productivas sabe que no son más que distintas formas de actuación del mismo Robinsón, es decir, nada más que diferentes modos del trabajo humano.

La necesidad misma lo fuerza a distribuir concienzudamente su tiempo entre sus diversas funciones. Que una ocupe más espacio de su actividad global y la otra menos, depende de la mayor o menor dificultad que haya que superar para obtener el efecto útil propuesto. La experiencia se lo inculca, y nuestro Robinson, (…) se pone, como buen inglés, a llevar la contabilidad de sí mismo. Su inventario incluye una nómina de los objetos útiles que él posee, de las diversas operaciones requeridas para su producción y por último del tiempo de trabajo que, término medio, le insume elaborar determinadas cantidades de esos diversos productos. Todas las relaciones entre Robinson y las cosas que configuran su riqueza, creada por él, son tan sencillas y transparentes que hasta el mismo señor Max Wirth, sin esforzar mucho el magín, podría comprenderlas. Y, sin embargo, quedan contenidas en ellas todas las determinaciones esenciales del valor".

Trasladémonos ahora de la radiante ínsula de Robinsón a la tenebrosa Edad Media europea. En lugar del hombre independiente nos encontramos con que aquí todos están ligados por lazos de dependencia: siervos de la gleba y terratenientes, vasallos y grandes señores, seglares y clérigos. La dependencia personal caracteriza tanto las relaciones sociales en que tiene lugar la producción material como las otras esferas de la vida estructuradas sobre dicha producción. Pero precisamente porque las relaciones personales de dependencia constituyen la base social dada, los trabajos y productos no tienen por qué asumir una forma fantástica diferente de su realidad. Ingresan al mecanismo social en calidad de servicios directos y prestaciones en especie. La forma natural del trabajo, su particularidad, y no, como sobre la base de la producción de mercancías, su generalidad, es lo que aquí constituye la forma directamente social de aquél. La prestación personal servil se mide por el tiempo, tal cual se hace con el trabajo que produce mercancías, pero ningún siervo ignora que se trata de determinada cantidad de su fuerza de trabajo personal, gastada por él al servicio de su señor. El diezmo que le entrega al cura es más diáfano que la bendición del clérigo. Sea cual fuere el juicio que nos merezcan las máscaras que aquí se ponen los hombres al desempeñar sus respectivos papeles, el caso es que las relaciones sociales existentes entre las personas en sus trabajos se ponen de manifiesto como sus propias relaciones personales y no aparecen disfrazadas de relaciones sociales entre las cosas, entre los productos del trabajo.

Para investigar el trabajo colectivo, (…) Un ejemplo más accesible nos lo ofrece la industria patriarcal, rural, de una familia campesina que para su propia subsistencia produce cereales, ganado, hilo, lienzo, prendas de vestir, etc. Estas cosas diversas se hacen presentes enfrentándose a la familia en cuanto productos varios de su trabajo familiar, pero no enfrentándose recíprocamente como mercancías. Los diversos trabajos en que son generados esos productos —cultivar la tierra, criar ganado, hilar, tejer, confeccionar prendas— en su forma natural son funciones sociales, ya que son funciones de la familia y ésta práctica su propia división natural del trabajo al igual que se hace en la producción de mercancías. (…)

Imaginémonos finalmente, para variar, una asociación de hombres libres que trabajen con medios de producción colectivos y empleen, conscientemente, sus muchas fuerzas de trabajo individuales como una fuerza de trabajo social. Todas las determinaciones del trabajo de Robinson se reiteran aquí, sólo que de manera social, en vez de individual. Todos los productos de Robinson constituían su producto exclusivamente personal y, por tanto, directamente objetos de uso para sí mismo. El producto todo de la asociación es un producto social. Una parte de éste presta servicios de nuevo como medios de producción. No deja de ser social. Pero los miembros de la asociación consumen otra parte en calidad de medios de subsistencia. Es necesario, pues, distribuirla entre los mismos. El tipo de esa distribución variará con el tipo particular del propio organismo social de producción y según el correspondiente nivel histórico de desarrollo de los productores. A los meros efectos de mantener el paralelo con la producción de mercancías, supongamos que la participación de cada productor en los medios de subsistencia esté determinada por su tiempo de trabajo. Por consiguiente, el tiempo de trabajo desempeñaría un papel doble. Su distribución, socialmente planificada, regulará la proporción adecuada entre las varias funciones laborales y las diversas necesidades. Por otra parte, el tiempo de trabajo servirá a la vez como medida de la participación individual del productor en el trabajo común, y también, por ende, de la parte individualmente consumible del producto común. Las relaciones sociales de los hombres con sus trabajos y con los productos de éstos, siguen siendo aquí diáfanamente sencillas, tanto en lo que respecta a la producción como en lo que atañe a la distribución.”

Queda claro que para Marx la condición básica del Socialismo (sin la cual no es posible construirlo) es la asociación de hombres libres que trabajen con medios de producción colectivos [sociales] y empleen, conscientemente, sus muchas fuerzas de trabajo individuales como una fuerza de trabajo social.

martes, 27 de septiembre de 2011

EL FETICHISMO

Asombra la capacidad del capitalismo para anclarse en el alma humana, para permanecer, perpetuarse, a pesar de ser un sistema que ha traído miseria espiritual y material, que nos conduce a la extinción de la vida. Es importante estudiar la relación entre la forma económica capitalista, y la espiritualidad capitalista, garantía de la perpetuación del sistema que le da origen.

Consideremos primero el modo de producción capitalista, para esto llamemos en nuestro auxilio a Isaac Illich Rubin quien en su libro, "Ensayos Sobre la Teoría Marxista del Valor", considerado un clásico de la teoría marxista, escribe:

… "la característica distintiva de la economía mercantil es que los administradores y organizadores de la producción son productores independientes de mercancías (pequeños propietarios o grandes empresarios). Toda empresa particular privada, es autónoma es decir, su propietario es independiente, sólo cuida de sus propios intereses, y decide el tipo y la cantidad de bienes que producirá. (…) La producción es administrada directamente por productores de mercancías separados y no por la sociedad. Ésta no regula directamente la actividad laboral de sus miembros, no prescribe lo que debe producirse ni cuánto debe producirse. Por otro lado, todo productor de mercancía elabora mercancías, esto es, productos que no están destinados a su uso personal, sino al mercado, a la sociedad. La división social une a todos los productores de mercancías en un sistema unificado que recibe el nombre de economía nacional, es un "organismo productivo" cuyas partes se hallan mutuamente relacionadas y condicionadas. ¿Cómo surge esa conexión? Por el intercambio, por el mercado, donde las mercancías de cada productor individual aparecen en forma despersonalizada como ejemplares separados de un tipo determinado de mercancías, independientemente de quien las produjo, o dónde, o en qué condiciones específicas. Las mercancías, los productos de los productores individuales de mercancías, circulan y son evaluadas en el mercado. (…) Debido a la estructura atomista de la sociedad mercantil y a la ausencia de una regulación social directa de la actividad laboral de los miembros de la sociedad, las conexiones entre las firmas individuales autónomas, privadas, se realizan y mantienen a través de las mercancías, las cosas, los productos del trabajo."

Marx, a propósito del fetichismo, escribe en El Capital:

"Lo misterioso de la forma mercantil consiste sencillamente, pues, en que la misma refleja ante los hombres el carácter social de su propio trabajo como caracteres objetivos inherentes a los productos del trabajo, como propiedades sociales naturales de dichas cosas, y, por ende, en que también refleja la relación social que media entre los productores y el trabajo global, como una relación social entre los objetos, existente al margen de los productores. Es por medio de este quid pro quo [tomar una cosa por otra] como los productos del trabajo se convierten en mercancías, en cosas sensorialmente suprasensibles o sociales. (…) la forma de mercancía y la relación de valor entre los productos del trabajo en que dicha forma se representa, no tienen absolutamente nada que ver con la naturaleza física de los mismos ni con las relaciones, propias de cosas, que se derivan de tal naturaleza. Lo que aquí adopta, para los hombres, la forma fantasmagórica de una relación entre cosas, es sólo la relación social determinada existente entre aquéllos. De ahí que para hallar una analogía pertinente debamos buscar amparo en las neblinosas comarcas del mundo religioso. En éste los productos de la mente humana parecen figuras autónomas, dotadas de vida propia, en relación unas con otras y con los hombres. Otro tanto ocurre en el mundo de las mercancías con los productos de la mano humana. A esto llamo el fetichismo, que se adhiere a los productos del trabajo no bien se los produce como mercancías, y que es inseparable de la producción mercantil.

Ese carácter fetichista del mundo de las mercancías se origina, como el análisis precedente lo ha demostrado, en la peculiar índole social del trabajo que produce mercancías. Si los objetos para el uso se convierten en mercancías, ello se debe únicamente a que son productos de trabajos privados ejercidos independientemente los unos de los otros. El complejo de estos trabajos privados es lo que constituye el trabajo social global. Como los productores no entran en contacto social hasta que intercambian los productos de su trabajo, los atributos específicamente sociales de esos trabajos privados no se manifiestan sino en el marco de dicho intercambio. O en otras palabras: de hecho, los trabajos privados no alcanzan realidad como partes del trabajo social en su conjunto, sino por medio de las relaciones que el intercambio establece entre los productos del trabajo y, a través de los mismos, entre los productores."

Rubin, continúa escribiendo:

"La relación básica de la sociedad mercantil, la relación entre los propietarios de mercancías, es la compra y la venta".

Ahora bien, el fetichismo que se expresa en la producción capitalista, ese convertir las relaciones sociales, que son relaciones entre los hombres, en relaciones entre las cosas, impregna a toda las actividades sociales. El hombre del capitalismo se relaciona entre sí en cuanto mercancía, se comporta como mercancía, y sus relaciones están signadas por la compra y la venta. Todo se compra, todo se vende.

La base del capitalismo es la propiedad no social de los medios de producción, concluimos que mientras ésta sea la forma hegemónica, en tanto no se sustituya por la Propiedad Social, el fetichismo será determinante, y el hombre será un esclavo de las cosas.

martes, 20 de septiembre de 2011

LOS DIOSES NO SE SUICIDAN

Cuando comió la manzana, en el momento que una fracción de la sociedad se apropió de los medios de producción, el hombre fue expulsado del Paraíso. Desde ese instante su vida es la búsqueda del camino de la redención. Así vive el humano con el desasosiego de ser lobo del hombre, y la ilusión de volver al reino de la fraternidad, de regresar al Paraíso, de tomar el cielo por asalto, ese es el motor de la historia.

La búsqueda del camino de retorno a la tierra del amor, está poblado de teorías y acciones. Larga es la marcha, hermosos los intentos, a veces parece que se tocan las puertas celestiales, y a veces se siente cerca el fuego del infierno. Es difícil desterrar a los dioses que nos gobiernan desde que fuimos expulsados del Edén.

Los intentos, las revoluciones para zafarse de la cultura de la explotación que se instaura con la propiedad no social de los medios de producción, se dividen tradicionalmente y a primera vista en dos grandes grupos: los experimentos pacíficos y los afanes violentos, éstas han sido las vías para la liberación.

La historia es abundante en ejemplos de intentos calificados de violentos, unos triunfantes y otros postergados, podríamos nombrar desde Espartaco hasta las Revoluciones China, Soviética, Vietnamita, Cubana…

En contraste, pocos son los intentos calificados de pacíficos, generalmente son excusas para anidar el extravío reformista, meras falsificaciones socialdemócratas que en época de ebullición engañan al sentimiento liberador.

Si observamos con detenimiento la historia de las Revoluciones, encontraremos que éstas combinan lo pacífico con lo violento, las dos modalidades siempre se alternan, cuando una predomina, la otra no desaparece. Entonces, lo que debemos estudiar es una vía revolucionaria que contiene dos polos.

La Revolución debe prepararse para la guerra contra el capitalismo, enfrentarla como una guerra que tiene dos polos, pacífico-violento. Son dos polos de una contradicción, lo pacífico contiene a lo violento, lo violento a lo pacífico. Así, vemos que los mismos actores del golpe de abril, del asedio a la Embajada Cubana, a la cacería de chavistas, son hoy candidatos "pacíficos" a la presidencia, sin abandonar el polo violento. La contradicción se resuelve hacia la restauración, o consolidando el nuevo sistema. La solución de esta contradicción será siempre un desenlace violento.

Aquí surge un primer nudo teórico ¿Cómo conseguir un cambio de la cultura del egoísmo, de la muerte, por la cultura del amor, de las relaciones fraternas, usando la violencia?

Una acción pacífica o violenta será revolucionaria, tendrá sentido, si contribuye a la sustitución de la cultura del capitalismo, del egoísmo, por la cultura del socialismo, del sentido del deber social, si es una acción de construcción de las relaciones fraternas, si es entendida así por las grandes masas.

La Revolución es pacífica, amorosa por definición, y su acción violenta debe ser siempre respuesta a la agresión de la contrarrevolución, nunca una iniciativa Revolucionaria. La Revolución ejerce la vía pacífica, pero no se hace ilusiones, sabe por la historia que los dioses que nos gobiernan desde la expulsión del Paraíso, no se suicidan, que las clases dominantes no renuncian a su hegemonía, antes, junto a "Mammon", pelean a muerte.

Concluimos que la Revolución tiene etapas pacíficas y etapas violentas, cada una con su propia lógica, sus ventajas y sus desventajas. La Revolución Bolivariana, es un extraordinario laboratorio para estudiar los cambios en el enfrentamiento revolucionario.

El segmento pacífico de la Revolución, que tiene su punto dominante en las elecciones burguesas, está lleno de peligros, tentaciones, seducciones. Es propicio para el florecimiento de oportunismos y extravíos, abundan los desvíos camuflageados de ensayos, de inventos, y llueven los oportunismos.

Se puede asentar que el período entre elecciones es oportuno para el desarrollo revolucionario, y el tiempo electoral es propicio al retroceso. La Revolución debe aprovechar los períodos de no elección para fortalecerse. La contrarrevolución es débil en los momentos de no elección y fuerte en los electorales.

Los períodos electorales los decide la mayoría votante, y los períodos violentos lo decide la mayoría actuante.

Esta sucesión de períodos electorales, cuando la Revolución debe hacer concesiones a la conciencia burguesa, a la cultura de las recompensas materiales, a la lógica de las elecciones mercantiles, estos períodos, producen desgaste en la Revolución, facilitan la tentación reformista, que actúa desde adentro, y simultáneamente son terreno conveniente para la acción del capitalismo externo.

El éxito de las Revoluciones reside en entender la contradicción de los dos polos, la lógica de cada etapa, saber que el enfrentamiento pacífico abre camino al desenlace violento, tener presente que es en el período pacífico, donde se decide la suerte del desenlace violento.

Es así, los dioses expropiadores no se suicidan, acechan para truncar a la Revolución… con violencia.

martes, 13 de septiembre de 2011

MATERIAL SOBRE LA DIALÉCTICA ESCRITO POR MAO TSE TUNG

A continuación ofrecemos a nuestros lectores, el material sobre la Dialéctica escrito por Mao, mencionado en nuestro trabajo titulado: Lo Nuevo que no termina de nacer.

http://www.marxists.org/espanol/mao/OC37s.html

LO NUEVO QUE NO TERMINA DE NACER

Es frecuente citar el pensamiento de Gramsci: "lo nuevo que no termina de nacer, lo viejo que no termina de morir," para caracterizar el período de transición de una Revolución. Nosotros también lo hemos utilizado, pero debemos aceptar que su interpretación es incompleta, da la impresión de un parto normal, esquiva la contradicción dialéctica. Sería más apropiado decir: "Lo nuevo que pugna por surgir, y lo viejo que lucha ferozmente por no morir, se establece así un conflicto donde lo viejo puede restaurarse".

Las posibilidades del triunfo revolucionario son tan pocas, que es una tarea casi imposible. Sólo un animal como el humano es capaz de emprender una obra de tal magnitud, y salir exitoso. El hombre podría definirse como un animal que se construye sobre lo imposible. O quizá decir: "el hombre es un animal que asombra por su capacidad de liberarse de lo posible."

Es así, de todos los asombros de la acción humana, desde la superación de las cadenas de la biología, el vencimiento de los instintos, doblegar la gravedad, salir del confinamiento del planeta, escalar montañas de ocho mil metros de altura, conquistar las profundidades marinas, de todos esos prodigios, la más pasmosa hazaña es la Revolución , ya lo dijo el Che "es el escalón más alto que puede alcanzar la especie humana". La Revolución , sin duda, determina al hombre. El humano podría definirse de manera más apropiada como "el animal capaz de hacer Revolución."

La Revolución es una selva de contradicciones de pugnas donde lo viejo tiene grandes ventajas. Consideremos que ha socializado sus valores, sus conductas, tiene a su favor la costumbre, la tradición. Simultáneamente se ha apropiado de la ciencia, la cultura, la educación, el arte, y los ha puesto a su servicio. No es exagerado decir que la Revolución es un milagro. Y ese milagro es realizado por un Dios que se llama: teoría, vanguardia, organización, líder, perseverancia, inteligencia, convencer al pueblo, romper la dominación…

Uno de los instrumentos principales del milagro, la forma de descifrar la selva de contradicciones es la dialéctica. Decía Lenin que: «No se puede entender El Capital, y en particular su primer capítulo, sin haber estudiado y comprendido toda la Lógica de Hegel. Por lo tanto, ningún marxista ha comprendido a Marx después de medio siglo.»

Se entiende que Lenin pensaba que sin la Lógica de Hegel, la dialéctica, no se podía entender a Marx, a la teoría revolucionaria, no se podía hacer Revolución.

Lenin escribió esta sentencia en polémica con los dogmáticos. Es así, los revolucionarios tarde o temprano se encuentran con la necesidad de la dialéctica en el camino de resolver las contradicciones en la lucha por la emancipación de la Humanidad , por la Revolución Socialista.

El Che, siempre estudió la dialéctica, esa era una de sus prioridades. En sus cartas y escritos da cuenta de este combate por el conocimiento. Recordemos que el Che es ejemplo de que no hay excusa para dejar de estudiar, siempre, arriba de un árbol, en una trinchera, o en la comodidad de su escritorio, estudiaba.

En la Revolución Bolivariana debemos entender que en el estudio está la clave del éxito, recordemos que la lucha ideológica es la principal de las batallas, y es el estudio la base para triunfar en esa confrontación, para no engañarse, no caer en falsificaciones de la teoría revolucionaria que nos debilitan.

Dentro de ese estudio tiene lugar principal la dialéctica. Debemos estudiarla para entender la realidad, así la podremos transformar, y en ese empeño enriquecemos el conocimiento revolucionario universal.

Introduzcamos una primera aproximación al pensamiento dialéctico. Dice Mao:

"A lo largo de la historia del conocimiento humano, siempre han existido dos concepciones acerca de las leyes del desarrollo del universo: la concepción metafísica y la concepción dialéctica, que constituyen dos concepciones del mundo opuestas.

La concepción metafísica del mundo, o concepción del mundo del evolucionismo vulgar, ve las cosas como aisladas, estáticas y unilaterales. Considera todas las cosas del universo, sus formas y sus especies, como eternamente aisladas unas de otras y eternamente inmutables. Si reconoce los cambios, los considera sólo como aumento o disminución cuantitativos o como simple desplazamiento. Además, para ella, la causa de tal aumento, disminución o desplazamiento no está dentro de las cosas mismas, sino fuera de ellas, es decir, en el impulso de fuerzas externas.

En oposición a la concepción metafísica del mundo, la concepción dialéctica materialista del mundo sostiene que, a fin de comprender el desarrollo de una cosa, debemos estudiarla por dentro y en sus relaciones con otras cosas; dicho de otro modo, debemos considerar que el desarrollo de las cosas es un automovimiento, interno y necesario, y que, en su movimiento, cada cosa se encuentra en interconexión e interacción con las cosas que la rodean. La causa fundamental del desarrollo de las cosas no es externa sino interna; reside en su carácter contradictorio interno. Todas las cosas entrañan este carácter contradictorio; de ahí su movimiento, su desarrollo."

La Revolución es una selva de contradicciones y sólo la dialéctica nos da el instrumental para una comprensión de la experiencia y la teoría revolucionaria universal, es indispensable para resolver las contradicciones de nuestra realidad.

Son vitales los intentos de aproximación a las contradicciones de nuestro momento histórico.

Nota: en la página web del Instituto subiremos un material para el estudio de la dialéctica.

martes, 6 de septiembre de 2011

LAS PUNTAS DE LA MADEJA

La comprensión teórica de la realidad siempre es imperfecta, la historia, como lo dijo un clásico, "sorprende desenredando su madeja por la punta equivocada". Es así que la teoría sólo se prueba y enriquece en roce con la realidad.
Por eso la historia, que es la aleación de lo pensado y de lo realmente sucedido, es la mejor cátedra de Revolución. Es allí, leyendo la vida y escuchando a la experiencia, que se puede encontrar el rumbo hacia los cambios.
Los clásicos no previeron la Revolución en un país como Rusia, reservaban el evento a los países más desarrollados: altas fuerzas productivas, mayor proletariado. No obstante, fue allá, en Rusia, el llamado eslabón más débil, donde ocurre el hecho Revolucionario. Muchas son las enseñanzas de ese primer gran paso de la humanidad hacia la superación de los sistemas explotadores y la instauración del Socialismo.
Se descubre que la humanidad funciona como un todo, basta que en una zona se desarrollen las fuerzas productivas para que las condiciones objetivas que ese desarrollo produce se haga planetario. Así, las condiciones objetivas que se derivaban del desarrollo europeo se reflejaron en el mundo todo. De esta manera, los dirigentes de la Revolución Soviética se nutrieron de la teoría de un alemán, Marx, elaborada a partir de la realidad inglesa.
Con la Independencia ocurre algo similar, la realidad francesa produce teoría y práctica contra el sistema monárquico, y ese torrente ideológico llega a la América y dirige la Revolución de Independencia. América se nutre de la realidad y la teoría del otro lado del océano.
La Revolución Cubana es ejemplo: Allá, en un país sin mayor desarrollo de las fuerzas productivas, campesino, ocurre una Revolución inspirada en el desarrollo de las ideas bolivarianas, martianas. Sucede así un fenómeno extraordinario: las ideas revolucionarias nacidas en Europa, se fusionan con la realidad americana dando origen al bolivarianismo. Éste crece con la experiencia de la Revolución Cubana, se mezcla con el pensamiento de la Revolución mundial, china, soviética, y da origen a las ideas revolucionarias más avanzadas de la humanidad. La Revolución Cubana corrobora que la humanidad funciona como un todo, y se reafirma la visión  martiana de que "Patria es Humanidad".
De esta manera se rompe el dogmático pensamiento de esperar las condiciones objetivas en un país para poder hacer la Revolución, y más aún la idea reaccionaria de que es necesario estimular el desarrollo de las fuerzas productivas para que entren en contradicción con las relaciones de producción y sólo después será posible hacer la Revolución.
El Revolucionario debe tener visión de humanidad, sólo así podrá plantearse una verdadera Revolución. Pero, simultáneamente, debe tener visión de su tiempo y su espacio: saber interpretar, a la luz de la historia, su realidad, buscar el rumbo, entendiendo que siempre será inédito. Este es el mayor reto de los Revolucionarios, saber encontrar la punta por donde la historia comienza a desenredarse.
 
EL RETO VENEZOLANO
 
  Aquí entre nosotros ocurre un milagro: en un ambiente de derrota, de dispersión surgió una posibilidad revolucionaria, se abrió un camino lleno de esperanzas, y también lleno de peligros y retos. Se impone un gran esfuerzo intelectual para detectar en medio de lo desconocido el rumbo que nos dicta la historia.
Nos planteamos el difícil reto de hacer una Revolución pacífica, otros intentos de transitar este camino han fracasado. Cuando han sido honestos, la contrarrevolución los ha aplastado con crueldad, es el caso de Chile. Otros han sucumbido en las mieles del sistema y se transformaron en los monstruos que querían extirpar, tal es el conocido caso del MAS.
Los retos son muchos, pero el futuro dependerá de la solidez teórica que la Revolución alcance, una teoría errada nos conducirá al abismo. Muchos son los retos teóricos.
Uno de los más importantes es el del Estado. La teoría revolucionaria postula que el Estado Burgués debe ser sustituido por el Estado Revolucionario, y prevé que esta sustitución será violenta, demoledora, en condiciones de Revolución armada, insurrección o guerra prolongada. Pero ¿Cómo será en nuestra Revolución Pacífica?
Una aplicación dogmática de la teoría nos lleva a construir formas opuestas, antagónicas con el Estado actual, de esta manera nos constituimos enemigos del Gobierno Revolucionario, ignoramos el hecho de que el gobierno está en manos de la Revolución. Así, por ese camino nos debilitamos y asesinamos a la posibilidad revolucionaria.
La forma de sustituir el Estado será, como lo es la Revolución, inédita. No se puede ignorar que este Estado Burgués heredado, es conducido por un Gobierno Revolucionario, interesado en cambiarlo radicalmente. Entonces, el problema es cómo hacerlo sin lesionar al gobierno, sin asesinar la esperanza.
Las nuevas formas de organización política, social, económicas, del nuevo Estado, deben estar integradas al Gobierno Revolucionario, nunca enfrentadas. Y ese sería un rasgo de la situación inédita: un gobierno de un Estado naciente y, simultáneamente, de un Estado que se extingue.
Para que esta transición sea posible, las nuevas formas de organización deben tener carácter social. Formas económicas nosociales, como las Comunas aisladas, sin formar parte de planes nacionales, cada una actuando como pequeña república, tendrán necesariamente intereses nosociales y se enfrentarán al Estado y al Gobierno Revolucionario. Se concluye que la base económica del Nuevo Estado Revolucionario es la Propiedad Social de los Medios de Producción, administrada por el Estado Nacional. La base social y política es un tejido que vaya desde las unidades hasta los organismos nacionales.

martes, 30 de agosto de 2011

MÁS ALLÁ DE LA UNIÓN SOVIÉTICA

Siempre que aparece una posibilidad revolucionaria, los intelectuales al servicio del capitalismo atacan con el argumento del fracaso de la Unión Soviética. Asustan con el espectro de Stalin, desempolvan los errores y concluyen postulando que todo camino revolucionario terminará mal. Se olvidan de Cuba Socialista, ignoran al Che y a Fidel, su presencia, su discurso, aplastan todas sus tesis.

Cuba Socialista señala el camino más allá de la Unión Soviética, es ejemplo y esperanza de que el mayor anhelo de la humanidad, vivir como hermanos, es posible. Cuba es referencia obligada para los revolucionarios.

La obra teórica de Fidel y el Che debe ser referencia de toda Revolución, sólo a partir de allí se podrá crear, inventar, modificar la realidad.

Dejemos que sea Fidel, a través de sus discursos quien nos presente la esencia de su pensamiento, del Che, de la Revolución.

Fidel habla del período especial por la caída de la Unión Soviética:

"Hoy nos corresponde a nosotros una responsabilidad universal. Somos el único país socialista en medio del occidente, de todo el occidente y de una parte del oriente, el único. Y qué odio nos tienen algunos por la capacidad de nuestro pueblo, de nuestra patria de aceptar ese desafío y de mantener en alto sus banderas y su disposición a defender esas banderas; como hemos dicho otras veces, las más justas y las más humanas que han existido en la historia de la humanidad (…).

Hoy luchamos no solo por nosotros mismos, no solo luchamos por nuestras ideas, sino luchamos por las ideas de todos los pueblos explotados, subyugados, saqueados, hambrientos de este mundo; luego, nuestra responsabilidad es mucho mayor (…) vamos a defender esas ideas y hasta qué límites estamos dispuestos a defender esas ideas, que no son simplemente ideas, es nuestro destino, es nuestra independencia, es nuestra Revolución, es nuestra justicia social, como no existe en ningún otro país de la Tierra; y nos vemos obligados a defenderla en condiciones excepcionalmente difíciles, solos, solos, aquí, en este océano de capitalismo que nos rodea.

…Hubo mucha gente que se confundió en los primeros momentos de aquel proceso, [la caída de la Unión Soviética] incluso con cierta lógica, porque las primeras palabras eran interesantes, bonitas, agradables, se trataba de perfeccionar el socialismo. ¿Y quién no añora, quién no desea, quién no quiere perfeccionar el socialismo? Por grandes que hayan sido los avances de una sociedad, por grande que sea la justicia que haya traído al seno de una sociedad, ¿quién no desea ver perfeccionado el socialismo? Y así algunas ideas similares ganaron la simpatía de mucha gente. Esto influyó ideológicamente, no solo las buenas intenciones o las bellas palabras iniciales. También influyeron ideológicamente los desastres, la increíble evolución de los acontecimientos afectó la confianza, el ánimo, la conciencia de mucha gente."

Fidel describe el pensamiento del Che cuestionador de la desviación capitalista de la Unión Soviética, y señala los errores que cometieron bajo la influencia de aquel extravío:

"Creo, realmente, lo digo con toda satisfacción, que si el Che estuviera sentado aquí en esta silla, se sentiría, realmente, jubiloso, se sentiría feliz de lo que estamos haciendo en estos tiempos; como se habría sentido muy desgraciado en ese período incierto, en ese período bochornoso en que aquí empezaron a prevalecer una serie de criterios, de mecanismos y de vicios en la construcción del socialismo, que habrían constituido motivo de profunda, de terrible amargura para el Che (...)

Si le hubieran dicho que el dinero se iba a empezar a convertir en el instrumento principal, la fundamental motivación del hombre, él, que tanto advirtió contra eso, se habría horrorizado; que las jornadas no se cumplían y aparecían los millones de horas extras; que la mentalidad de nuestros trabajadores se estaba corrompiendo, y que los hombres iban teniendo cada vez más un signo de peso en el cerebro, el Che se habría horrorizado, porque él sabía que por esos caminos tan trillados del capitalismo no se podía marchar (…) que por esos caminos un día habría que olvidar toda idea de solidaridad humana e incluso de internacionalismo; que por aquellos caminos no se marcharía jamás hacia un hombre y una sociedad nuevos (…)

Si hubiese visto un día un conjunto de empresas, plagadas de capitalistas de pacotilla —como les llamamos nosotros—, que se ponen a jugar con el capitalismo, que empiezan a razonar y a actuar como capitalistas, olvidándose del país, olvidándose del pueblo, olvidándose de la calidad, porque la calidad no importaba para nada, sino el montón de dinero que ganara con aquella vinculación [especie de bono o estímulo material], el Che se habría horrorizado, (…) esos caminos conducen a todos los vicios y a todas las enajenaciones del capitalismo. Esos caminos —repito—, y el Che lo sabía muy bien, no conducirían jamás a la construcción de un verdadero socialismo (...)

Pero no se imaginen al Che una persona ilusa, una persona idealista, una persona desconocedora de las realidades; el Che comprendía y tomaba en cuenta las realidades. Pero el Che creía en el hombre, y si no se cree en el hombre, si se piensa que el hombre es un animalito incorregible, capaz de caminar solo si le ponen hierba delante, si le ponen una zanahoria o le dan con un garrote, quien así piense, quien así crea, no será jamás revolucionario; quien así piense, quien así crea, no será jamás socialista."

El pensamiento y la acción de la Revolución Cubana, El Che y Fidel, sus claras definiciones conducen a la esperanza socialista más allá de la Unión Soviética, alumbran el camino de la redención mundial.