martes, 26 de julio de 2011

SOBRE LOS HOMBROS DEL CHE

La evolución de la idea y la práctica revolucionaria, nos indica con claridad que no se podrá avanzar en el camino emancipador sin subirse a los hombros del Che, esa es la atalaya indispensable a todo movimiento Revolucionario. De allí que es importantísimo estudiar al Che, que es decir a la Revolución Cubana. El Che, tal como Fidel, construyeron y fueron construidos por la Revolución.

La historia demuestra que es en la Revolución Cubana donde la idea revolucionaria alcanza su desarrollo, a partir de allí la idea universal revolucionaria se reconoce a sí misma, se hace consciente de su esencia, ya el camino de la liberación está iluminado, se puede recorrer, sabemos el destino.

La idea de la liberación acompaña al humano desde el aparecimiento de la opresión, desde que unos se apropian del trabajo de otros, es decir, desde el aparecimiento de las clases y la lucha entre ellas.

Podemos dividir la historia de la idea revolucionaria en cuatro grandes períodos:

El primero, es el que sitúa la liberación en el espíritu, en la conciencia, y lo separa de lo material, son los días de: "Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", "Mi reino no es de este mundo". Claramente se sitúa la liberación en el plano espiritual. La felicidad se sitúa en el cielo.

En este período se evidencia lo esencial del fenómeno de la dominación, la Relación humana egoísta, y sobre esa comprensión se construye el concepto central de la liberación: "Amaos los Unos a los Otros".

Comienza la búsqueda de la concreción del mandato liberador. Los Cristianos Primitivos, dan un paso importantísimo cuando en la práctica viven: "De cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad".

Los Cristianos Primitivos tienen una gran importancia en la evolución de la idea revolucionaria: constituyen el embrión que relaciona el mandamiento espiritual con las condiciones materiales, y colocan la liberación en lo social, sólo es posible liberarse socialmente.

El segundo período, es un período donde prevalece lo material, se considera que la relación amorosa entre humanos está determinada por lo material, y la liberación es un asunto individual, dependiente de la capacidad de acumular lo material. El lenguaje, que es reflejo del pensamiento de una época, nos ilustra claramente: "bienes" es sinónimo de material.

Esta es la base filosófica del capitalismo, hegemoniza este período. Alrededor de esta idea, para apoyarla y perfeccionarla, surge toda una cultura que ya tiene siglos y hoy es muy fuerte y arraigada.

El tercer período, se caracteriza por el regreso a la consideración de lo espiritual como importante en el proceso de liberación, pero se subordina a lo material. Lo espiritual se considera un subproducto de la producción, carece de protagonismo. De esta manera, será lo material lo que determinará lo espiritual, nace así una especie de materialismo, un culto a las fuerzas productivas, que aún perdura y es origen de muchos errores.

Muchos errores suceden en este período signado por el dogmatismo, por el mecanicismo. Lo material identifica a lo Revolucionario, las fuerzas productivas adquieren vida propia, determinan la posibilidad revolucionaria: bastaría elevarlas para tener una situación prerrevolucionaria. Se busca la liberación, la felicidad, en la acumulación material.

Sobre esa premisa se consigue castrar las ideas revolucionarias, despojarlas de fuerza, morigerarlas, convertirlas en artículo de vitrina, inservibles. Originan confusión: la alianza con los burgueses es "Revolucionaria". La meta del capitalismo, aumentar la producción, se confunde con la meta de la liberación. Ahora “productivo” es un nuevo Dios que sustituye a Revolución. En el fondo la lógica es la misma, la primacía de lo material los hermana, sus metas se identifican, el desarrollo material como indicador de "progreso" significa la ignorancia de los límites del crecimiento, condenan la naturaleza a su agotamiento. De esta manera la idea en este período no es respuesta a los retos de la humanidad.

Reaparece la idea de la búsqueda social, pero aplastada por la incomprensión de la meta espiritual. Se mantienen las bases materiales del egoísmo. El estímulo material prima sobre el estímulo moral.

Este período tiene su clímax en la Unión Soviética, y produce la caída de ésta. El mundo se sumerge en las tinieblas del escepticismo, de la depresión, la resignación. Y así se entra en el último período de evolución de la idea revolucionaria.

El cuarto período, es el período de la Revolución Cubana, allí se funden lo material y lo espiritual, y se prestigia a la espiritualidad como lo determinante. Este es un paso crucial en el desarrollo de la idea revolucionaria. Al espíritu tomar control de la evolución humana, el hombre se erige dueño de su rumbo: lo material regresa a su lugar subalterno de la voluntad humana, y pierde su condición de regente de su destino. El capital, lo material, es destronado, y en su lugar aparece el hombre, se funda un humanismo. Termina así el largo viaje que se inició con Cristo, se consigue la fusión del alma y materia, el camino está iluminado, hoy es posible transitarlo.

El primer paso es estudiar a fondo la idea de la Revolución Cubana… ese será objeto de los próximos esfuerzos. Limitémonos hoy a repetir que sólo habrá Revolución si se eleva sobre los hombros del Che. O quizá es más apropiado decir, se eleva sobre el espíritu del Che.

martes, 19 de julio de 2011

¿POR QUÉ SOCIALISMO?

Para ir hacia la tierra prometida del Socialismo es indispensable saber las características que lo definen, los rasgos principales del paisaje que estamos pintando. Esta será la brújula que nos guiará en esa navegación hacia puerto feliz, que es simultáneamente su construcción.

No es tarea fácil, el término Socialismo, tal como el término Amor, han sido desgastados por el uso confuso, ahora se refieren a cualquier cosa. A las clases dominantes que batallan contra la liberación en todos los terrenos, les es muy importante privar de lenguaje liberador claro a las clases insurgentes. Amor y Socialismo son vocablos revolucionarios que han sufrido los embates de la guerra ideológica.

De allí que devolver el verdadero significado a las palabras es alta tarea revolucionaria.

Socialismo es la restauración de la relación humana amorosa, en sustitución de la relación humana competitiva, egoísta. Esta es la característica fundamental del Socialismo, sin ella, por más vueltas que se dé, no hay Socialismo.

Restituir la relación amorosa entre los humanos significa muchas cosas importantes. Supone la relación amorosa con la naturaleza: el hombre es parte de la naturaleza, ella es componente esencial del hombre, los dos son uno, no se concibe a la humanidad sin naturaleza. Podemos decir que el Socialismo es un Humanismo y es un Naturalismo. Pone en el centro de sus afanes a Hombre y Naturaleza.

Hasta aquí la definición de Socialismo es inocua, no hace mal a nadie, es una declaración. Cuando el mar se encrespa es cuando se pasa a la fase de su concreción, cuando se busca contestación a ¿Cómo hacerlo?

Se han explorado muchas respuestas. Las podemos clasificar en dos grandes grupos:

El grupo que intenta construir la relación amorosa humana, que nosotros llamamos Socialismo, sólo con cambios de conducta, de moral. Predican el buen comportamiento, las bondades de la relación amorosa. No tocan lo material, las relaciones económicas.

Otros entienden que son necesarios cambios materiales. Es tan evidente la explotación capitalista, es tan chocante la forma como el capitalismo acumuló su fortuna, y es tan presente el inmenso daño que el capitalismo hace a la humanidad y a la naturaleza, que son pocos los que lo defienden abiertamente. Ya pasó, se agotó el tiempo de aquellos economistas que decían: “corramos la arruga”, “tomemos las medidas necesarias para salvar al capitalismo hoy, no importan sus consecuencias, dentro de cien años no estaremos aquí”. Pues bien, fueron de tal magnitud las consecuencias, es tan profundo el daño a la humanidad y a la naturaleza, que ya el capitalismo no deja margen para correr la arruga, está sumergido en una crisis sistémica terminal.

Antes de revisar los cambios materiales propuestos, debemos examinar las bases materiales del capitalismo. El capitalismo tiene como base material a la propiedad nosocial de los medios de producción. Esta forma de propiedad es el fundamento y razón del mercado, donde todo se puede transar, de la explotación de los obreros, de la competencia económica, y, muy importante, de la relación egoísta entre los humanos y de estos con la naturaleza.

Podemos afirmar que la Propiedad Nosocial de los Medios de Producción, es origen y sustento de la relación egoísta, de la cultura egoísta que reproduce, perpetúa, protege al sistema capitalista. Y llegamos a la conclusión que esta forma de relación económica es antisocialista, porque conspira contra la relación amorosa, no podrá haber Socialismo soportado por este tipo de relación económica. Su existencia es una señal del camino que falta por recorrer.

Los cambios materiales propuestos son de dos tipos principales:

Uno, cambios para proteger la esencia del capitalismo, hechos sin entender la esencia del fenómeno patológico que él es. Éstos se limitan a proponer nuevas formas de propiedad nosocial, que no integran a la sociedad, al contrario, la fragmentan: tipo cooperativas, empresas de producción social, cogestión. No son base para la relación amorosa.

Dos, la proposición socialista, que va a la raíz y propone la hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción. Esto es: los medios sustentadores de la Conciencia Socialista, amorosa, integradora de la sociedad. Propone claramente apuntalar, con la renta petrolera, la Propiedad Social, nunca la propiedad nosocial capitalista.



¿POR QUÉ ES IMPRESCINDIBLE LA HEGEMONÍA DE LA PROPIEDAD SOCIAL DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN SUSTENTADORES DE LA CONCIENCIA SOCIALISTA?



Sin esta hegemonía no hay Socialismo posible, la gran batalla de la construcción socialista es establecer esta hegemonía ¿Pero, dónde reside esa importancia fundamental?

Una sociedad tiene necesariamente que relacionarse con la naturaleza, y lo hace a través del trabajo, a través de los medios de producción.

Si los medios de producción son de propiedad nosocial, entonces la sociedad se está relacionando con la naturaleza indirectamente, hay un mediador, en este caso la clase capitalista. Esta clase propietaria, dominante, sus miembros buscarán favorecer de la manera más egoísta posible sus intereses, que siempre y necesariamente estarán en contraposición con los intereses de toda la sociedad. Esta es la esencia del capitalismo.

Esta situación trae como consecuencia una sociedad escindida, donde unos pocos son dueños del destino de todos. Unos pocos propietarios son los que deciden el trato con la naturaleza, la relación de los humanos entre sí, el rumbo de la humanidad.

Una sociedad así, fragmentada en las relaciones materiales y espirituales, irremediablemente será una sociedad inviable, depredadora de la naturaleza y enferma de egoísmo.

La propiedad social de los medios de producción cambia todo el paisaje. Ahora, la sociedad se relaciona con la naturaleza de forma directa, el trabajo adquiere otra dimensión, ya no es vehículo para enriquecer a una clase, sino que es medio para el bienestar de todos y para la realización plena del individuo que rescató su condición de humano y desechó su condición de máquina de producción y consumo.

El precepto de los Cristianos Primitivos es redimido, el mandato de Cristo de "amaos los unos a los otros” tiene por primera vez base material, una forma de relacionarse los humanos que lo hace posible.

Ya tenemos dos características que marcan al Socialismo: Conciencia del Deber Social, sustentada en la Propiedad Social de los Medios de Producción administrados por el Estado. Así sabemos hacia qué puerto dirigirnos, qué construir, tenemos brújula.

EDITORIAL: POR QUÉ EL INSTITUTO 5 HEROES CUBANOS

Porque para los 5 no existen las tonalidades de gris en lo que se refiere a honradez y justicia, sólo existe lo correcto, creen en la justicia, no en la hipócrita, sino en la que fueron formados y amados en la justicia socialista.

Porque viven la vida de forma plena estén donde estén, por eso se alzaron sobre la muchedumbre que temía actuar, no temieron el peligro de vivir entre las cloacas peligrosas del capitalismo, llevan como prenda preciada el valor del heroísmo, pero su coraje no es ciego, sino inteligente y fuerte. Para ellos ocultarse en mezquindades no era vivir, fueron absolutamente arriesgados: reemplazaron el miedo por la esperanza de un mundo justo.

El socialismo los forjó, para ser diferentes al resto de los comunes. Todos sus conocimientos y destrezas debían ser usados para el bien de todos. Tienen compasión. Ayudan a sus compañeros en cualquier oportunidad y si esta no surge, se salen del camino para encontrarla.

Los 5 nunca tuvieron ni tendrán motivos para ser crueles. Para llevar a cabo su misión, debieron ser corteses, incluso con sus enemigos. Su auténtica fuerza interior se ha vuelto evidente en tiempos de soledad absoluta y prolongada.

Prometieron luchar por el Socialismo con la certeza de que era necesario para toda la especie. Nada en esta tierra los detendrá en la realización de lo que han dicho que harán.

Los 5 no pueden ocultar que son los hombres del futuro, les pertenece.

Los 5 son intensamente leales, permanecen inclaudicables y fieles a la causa socialista. Por eso, mientras estén en las cárceles del imperio, ningún hombre honesto puede dormir en paz.

Es un honor para este Instituto llevar su nombre y abrazar su causa. Considérese este gesto, como una exigencia de su libertad.