sábado, 8 de diciembre de 2012

EL SOCIALISMO: MANDATO DE CRISTO (DS 202)

La grandeza del mandato de Cristo, su "amaos los unos a los otros", va tomando con el paso del tiempo dimensiones vitales, deja de ser una opción moral que se puede o no asumir para convertirse en decisión de la cual depende la vida de la especie. Es así: o nos amamos o perecemos. Veamos.

Las señales de la crisis total que padece la vida son muy claras, la discusión hoy es si ya llegamos al punto de no retorno, si ya hemos lesionado de tal forma a la naturaleza que no hay vuelta atrás, o si aún tenemos posibilidades de enmendar el desajuste.

De todas formas, sea cual sea la respuesta, la conducta de la Humanidad debe ser una sola: ¡es necesario cambiar la relación entre los hombres! En la fraternidad está la respuesta, cumplir el mandato de Cristo, poner al hombre en el centro de los afanes, desplazar al demonio del capital… en resumen, construir el Socialismo.

Para enfrentar la profunda crisis que se avecina, o si somos optimistas, para revertir el daño causado a la naturaleza, es necesario sustituir al capitalismo, este sistema, esa manera egoísta de relacionarnos, la búsqueda del lucro material por sobre cualquier consideración, es la causa de los males a los que nos referimos.

El hombre en el capitalismo, digámoslo de una vez, es un rehén del capital, éste le impone su ley, lo convierte en su instrumento, lo coloniza, lo despoja de su condición humana. Ahora bien, el capitalismo tiene como divisa el lucro, la ganancia por sobre todas las cosas, no repara en la naturaleza, en la vida, en el humano, guiado por esta ley se ha convertido y ha convertido al hombre en una especie suicida, capaz de destruir el planeta que lo alberga.

La crisis que hoy empezamos a padecer, lo que vendrá, sólo podrá ser superado por una humanidad desprendida del capitalismo, unida, de otra manera entraremos en el mundo del sálvese quien pueda, de la antinaturaleza, de la especie devorándose a sí misma.

Desde temprano los hombres sabios vislumbraron la solución para la humanidad que ya estaba alienada, colonizada por la apropiación del trabajo social, y postularon la salida: Volver a ser una sociedad donde todos fuéramos hermanos. Ensayaron esa forma de vivir, nos dejaron la enseñanza de cómo darle base material al "amaos los unos a los otros": ellos ya vivían siguiendo el precepto de "a cada uno según su necesidad, de cada uno según su capacidad".

Nuestro reto, así se lo debemos a la especie, es dar el salto hacia el Socialismo, cumplir el mandato de Cristo, construirlo no en siglos, no hay tiempo, es necesario hacerlo con la urgencia del náufrago.

Ya reelegimos a Chávez y con eso mantenemos abierto el camino de la salvación, ahora debemos elegir a los gobernadores de Chávez, los que lo ayuden a seguir avanzando. Debemos ver todas nuestras acciones con la visión de humanidad, la misma que tuvo Cristo, no podemos confinarnos a lo pequeño, de esa forma no resolveremos nada, nos condenaremos a la extinción.

Venezuela es un país petrolero sumergido en una cultura rentista signada por el consumismo y el oropel del norte. No es necesario insistir  en las aberraciones, distorsiones y paradojas que caracterizan a nuestra sociedad, es ilustrativo que aquí un mendigo tiene celular y debajo de los puentes hay directv.  Estas torceduras impregnan a la sociedad,  todo está teñido de rentismo, la política no escapa a esta condición. Siendo así, la pugna por el poder y la conducción de la república, están fuertemente influenciados por el opio petrolero.

El dilema es dramático: No es posible construir una sociedad viable, socialista, desde la cultura rentista, pero al intentar superarla corremos el riesgo de que la población, acostumbrada al clientelismo, al logro individual,  nos dé la espalda.

Es paso previo para una Revolución resolver este dilema, sin eso es impensable el salto. Resolver el dilema es en gran medida la Revolución.

Superar esta condición rentista, individualista, no es un mero asunto político, se trata de prepararnos para las dificultades que se avecinan en el planeta por el desajuste climático y la crisis capitalista. La humanidad enfrentará escasez de alimentos, impactos ecológicos de todo tipo, algunos inéditos, y la única manera de superar las dificultades futuras es haciendo que la sociedad entienda que los grandes problemas sólo se pueden resolver con la participación de todos, en conjunto, y esto sólo lo logra una Sociedad Socialista.                                                                                                                          

¿Cómo hacer la Revolución Cultural, esencia del Socialismo?

Primero debemos estudiar la fisiología de la cultura rentista. ¿Qué somos?  Nos caracterizamos por una laxa relación entre el logro y el esfuerzo necesario para conseguirlo. Hasta la oligarquía prefiere pegarse a la ubre petrolera que explotar, la plusvalía cede el lugar al despojo. Esta condición labró una sociedad acostumbrada a recibir y a no participar en las luchas por conseguir los beneficios. Cien años de oro negro nos convirtió en una sociedad que vive la embriaguez de los precios altos y las miserias de los precios bajos, cual  jugador de ruleta que gana en dos jugadas para derrochar la fortuna en el bar y volver la noche siguiente a buscar de nuevo la suerte. Cuando los precios están altos aplaudimos a los gobernantes, cuando bajan protestamos como adolescentes malcriados.  

Uno de los retos y cambios principales es conseguir que la sociedad participe en la consecución de sus logros y que lo haga de manera colectiva, social. Todo logro debe ir precedido de un esfuerzo, producir una respuesta colectiva.

Por ejemplo, en una capital hay un problema con la basura, el alcalde es tradicional y no resuelve, lo que se debe hacer es quitarle el apoyo al inepto. Hasta allí la respuesta de la política oligarca. Lo correcto, lo revolucionario, es elegir a un gobernante capaz  de resolver lo grande y simultáneamente unir al pueblo alrededor de la solución del problema, desde brigadas de trabajo voluntario, hasta disciplina con los desechos. "Resolver educándonos" sería una buena consigna.  

jueves, 15 de noviembre de 2012

¿QUÉ, CUÁL, CÓMO?


Las Revoluciones fueron hechas por hombres extraordinarios. Formados en el pasado tuvieron visión de futuro, rompieron con su tiempo, fundaron.

Las Revoluciones hasta ahora fueron reacomodos del sistema que permite a unos hombres apropiarse del trabajo de las mayorías, de las riquezas sociales. Hoy la Revolución significa un salto inmenso, inédito, se trata de superar la esencia de todos los sistemas sociales anteriores, de superar el egoísmo, el individualismo, de volver a la sociedad integrada y rescatar la condición social del hombre. Será obra de lo extraordinario, de pueblos asombrosos, el reto es definitivo.

Se necesita una gran audacia teórica y práctica, un rompimiento radical con la forma de hacer política. Es necesario estudiar para aprender a modificar la realidad, para entenderla, para cambiarnos a nosotros mismos. Los clásicos postularon que la filosofía debía dejar de contemplar al mundo, de lo que se trataba era de transformarlo. Es así, y el pilar fundamental del mundo es el hombre, se trata de transformar al hombre.

La lucha principal es contra nosotros mismos, contra nuestra vocación de no cambiar y la incapacidad de imaginar un mundo que funcione con una lógica superior. Ante cualquier intento de revolución el pasado emerge desde el fondo de nuestros abismos interiores, se disfraza de cambio, pero en realidad deforma las acciones, las morigera, las convierte en caricatura.

Cuando los clásicos escriben Conciencia del Deber Social, las fuerzas oscuras del pasado leen nada más "conciencia", se olvidan de la integración social, razón suprema del Socialismo. Enmascaran el pensamiento, lo privan de su fuerza.

Cuando los clásicos dicen: …"imaginémonos, para variar, una asociación de hombres libres que trabajen con medios colectivos de producción y que desplieguen sus numerosas fuerzas individuales de trabajo, con plena conciencia de lo que hacen, como una gran fuerza de trabajo social." Así surge el pasado que nos habita y lo cambia, lo interpreta como asociación de empresarios, o de unidades económicas egoístas que actúan aisladas, sin Conciencia del Deber Social, y más que hombres libres que trabajen con medios colectivos, es decir con propiedad social, son cómplices, o implicados en la guerra del lobo contra el hombre.

Son muchos los disfraces que adopta lo viejo para no morir, por eso es necesario una revolución que discuta, sólo la discusión dentro de la Revolución, conseguirá el camino. Debemos pensar, cuestionar todo, los conceptos deben pasar por el filtro del análisis, el  ¿Qué? debe convertirse en un arma del pensamiento: ¿Qué significa pueblo? ¿Qué es una comuna? ¿Qué es poder popular? ¿Para qué lo necesitamos? ¿Por qué el pueblo vota alcaldes y gobernadores burgueses? ¿Cuál es la esencia del Socialismo? ¿Cuál su camino? ¿Cuándo vamos bien? ¿Cómo rectificar errores?, ¿Cómo detectarlos?.

Sólo con la irreverencia del Qué, Cómo, Cuál, Dónde, tendremos una Revolución capaz de dar el salto inmenso que exigen los tiempos. Estas palabras deberían estar presentes en todas las reuniones de los revolucionarios, junto al axioma "irreverencia en la discusión y lealtad en la acción".

¿Por qué el Socialismo es Socialismo? O mejor: ¿cuál es su esencia? El Socialismo, en pocas palabras, es la integración de la Sociedad. Es devolverle su condición de conjunto, su organización en totalidad, superar la fragmentación a la que la sometieron los sistemas de apropiación del trabajo social por parte de una fracción de la sociedad, o para ser más precisos: la eliminación de la propiedad nosocial de los medios de producción.

Lo contrario al Socialismo son los sistemas fragmentadores de la sociedad cuya culminación es el capitalismo. Son sistemas estimuladores de la solución individual a los problemas de la existencia, basados en el egoísmo, la competencia y el extrañamiento del humano.
         
        La humanidad vive una prehistoria que corresponde a la etapa condicionada por el egoísmo y la depredación. El Socialismo es la superación del individualismo, la entrada de la humanidad en su verdadera historia. O como dijeron los clásicos: es la toma del cielo por asalto, el regreso al Edén.

La superación del individualismo, su sustitución por el Socialismo, no es tarea fácil. Miles de años, antes de los tiempos de Cristo, tiene la humanidad en este empeño, buscando la tierra prometida.

El tiempo de la búsqueda se agota. Tal es el daño que la organización individualista de la sociedad ha hecho al planeta que la vida se extingue ante nuestros ojos cómplices. Sin embargo, a pesar de que conocemos que la vida en sociedad permite resolver los problemas individuales, a pesar de que frente a las calamidades tenemos que volver a actuar cementados por la fraternidad, a pesar de los llamados de la realidad y los alertas de la naturaleza, actuamos con una insensatez suicida, no tomamos la decisión de superar el individualismo.

Es que el egoísmo está tallado con fuego y sangre en el alma de la humanidad, parece que nos dirige un inconsciente colectivo que hace imposible tomar las medidas necesarias para constituirnos en sociedad verdadera. La triste realidad que somos, mera agrupación de egoísmos, de humanos-islas que no podemos relacionarnos, no sabemos hacerlo si no es con la violencia, desde la sangrienta hasta la falta supina de solidaridad.

Tenemos dos opciones: nos constituimos socialistas, nos unimos desde la política, desde el esfuerzo consciente, o la naturaleza nos obligará a intentar hacerlo en medio de los desastres ecológicos, a unirnos cuando evidentemente ya será tarde, sólo nos quedará despedirnos con la melancolía de haber descubierto la llave al final, cuando ya no existía, o cuando ya olvidamos el camino de regreso al paraíso.

Desperdiciamos los días engañándonos como los animales de la granja de Orwell, con efectismos como aquel de que "todos los animales son iguales, pero unos son más iguales que otros", deformándolo todo, falseando las palabras y olvidándonos de la realidad. Llegamos al absurdo de convertir el Socialismo en la suma de egoísmos colectivos que llamamos "comunas", cuando lo correcto sería llamarlas "egoismunas".

jueves, 8 de noviembre de 2012

¿QUÉ VA A PASAR?


El método es preciso sólo a largo plazo, en el corto tiempo es inútil. Es que no se trata de un ejercicio de adivinación, eso es reservado para los magos de circo.

El Che lo usó para predecir la caída de la Unión Soviética, suscitó muchas burlas y desplantes groseros, no públicos, no en televisión... al fin y al cabo era el Che, tenía licencia para decir “tonterías” que amenizaban con sordina las reuniones etílicas de los revolucionarios. Veinte años pasaron para que el vaticinio se concretara, entonces el método surgió victorioso.

El capitalismo, su lógica, su metabolismo, nos inocula velocidad, resultados compulsivos que deben acompañar al ejercicio fiscal, un año, un trimestre, un semestre, el cierre del año, allí debe caber toda la actividad humana, mayores tiempos escapan a los rigores de la contabilidad. La visión larga no es propia del capital.

Aquel gran economista resumió esa lógica cuando postuló: "no importan los daños futuros, dentro de cien años todos estaremos muertos."

Es así, la visión corta es propia del capitalismo. Por eso el método es desechado y con él la visión de Estado, la estrategia, el largo plazo es una calamidad, una incomodidad, nos hace pensar como seres sociales, nos perturba el hoy, nos tira de la adolescencia social, el futuro es ahora y la divisa es gozar, el mañana no existe.

El método es histórico, lo que significa que estudia el pasado y también predice el futuro, pero recordemos que a largo plazo. El método nos indica que pensemos en el desarrollo de las formas actuales. A veces es fácil, nadie por ejemplo puede dudar que el impacto ecológico del capitalismo es la vía a un desastre que pone en peligro la existencia de la vida. A veces es difícil, nadie imaginaba que la Unión Soviética, que había vencido a los nazis, llegado a la Luna, con desarrollo industrial, podía caer sin disparar un tiro. ¿Quién acreditaba que en la patria de Mao pulularían los carros de lujo, los millonarios, el capitalismo más salvaje?

El método puede acortar los tiempos de predicción, amolar su filo, si se complementa con la experiencia histórica: está comprobada la advertencia del Che que las armas melladas del capitalismo no pueden construir Socialismo, al contrario lo neutralizan, lo abortan. Chile nos enseña que concesiones al capitalismo, el reformismo, la socialdemocracia, conducen los procesos revolucionarios a los territorios fascistas.

La Revolución Venezolana merece una aplicación del método con seriedad, con visión estratégica, sin conformarse con el éxito inmediato. Lo que hoy sembremos lo recogerán los hijos, los nietos, el inmediatismo no construye civilizaciones, menos las salva.

Está claro que los plazos cortos, impuestos por la lógica del capital,  nos condicionan lo que podemos hacer, nos limita la visión, y también la conciencia, no nos prepara para el mínimo sacrificio en aras del mañana, nos construyen cultura del hoy, pobres vividores de la hora, verdugos del futuro.

Si pensamos con mentalidad estratégica, con sentido histórico, nos daremos cuenta que aquí, en Venezuela, se dilucida el futuro de la Revolución Pacífica como vía para superar al capitalismo, es aquí que se escriben sus leyes, se pone a prueba su viabilidad.

Siendo así, lo que hoy sucede tiene profundo significado vital para el tránsito de la humanidad, no se trata entonces de lo mezquino de nuestra existencia, decidimos cómo será el mañana.

Si la Revolución falla, si Chávez pasa a la historia como uno más que lo intentó, el mundo será arropado por manto de escepticismo, la oleada capitalista podrá durar mil años, la esperanza no guiará a los pueblos sufrientes. Ahora bien, todos los cálculos científicos vaticinan que de seguir el capitalismo, la humanidad, la vida se extinguirá en pocos años. Entonces, si nosotros fallamos, si no somos ejemplo para el mundo, si no marcamos rumbo, estamos condenando a la humanidad a la extinción, estamos actuando con un egoísmo suicida, el capitalismo con su lógica nos habrá convertido en verdugos de la especie.

Nuestra responsabilidad es pensar en grande, no podemos confinarnos al mezquino entorno y al tiempo que nos tocó vivir, a vivir bien hoy a costa del mañana ¡No! Es necesario romper con el egoísmo generacional, actuar con criterio de especie, de humanidad, nuestra responsabilidad nos obliga a analizarnos, a predecir, a medir las consecuencias de los actos de hoy.

Debemos derrotar a la lógica capitalista, el mañana importa, dentro de cien años la especie debe vivir. Quien no piense así, no podrá ser feliz hoy, ya no es humano, es una máquina de consumo, un engendro de egoísmo, un miserable.

Estamos obligados a derrotar al capitalismo, y para eso es necesario que nos analicemos, que entendamos el momento, estudiemos hacia dónde será su desarrollo.

Parece una ley que el capitalismo usa dos vías para derrotar a la Revolución Pacífica:

Una, la vía pacífica, participa en elecciones, invoca a la Constitución, se portan bien. En esta vía su mejor arma es la lógica capitalista, la inocula en las arterias del cambio, impide la sustitución de esa cultura, nos presiona a bailar su música, seduce a los dirigentes con vanidades, oropel. Lo anterior se complementa con acusaciones de comunismo, lo ven por todos lados, o mejor, lo fabrican.

De esta forma presionan a los débiles, asustan a los vacilantes, aúpan a los reformistas. La evolución de esta vía es atenuar a la Revolución, hacerla inventar atajos para diferenciarse del "comunismo", desdibujarse, apartarse de los humildes, buscar a la clase media.

La otra vía es la golpista, la salida de fuerza, siempre está presente. Ahora cobra vigor con la derrota de la vía pacífica, hablan de fraude, de gobierno írrito, siguen susurrando.

Parece una ley que la Revolución Pacífica sufra el asedio de los capitalistas, estos no dudan en llevarla a terrenos de violencia, es decir, la Revolución Pacífica o se entrega al reformismo, o enfrenta una fase violenta.

jueves, 1 de noviembre de 2012

AVES DE RAPIÑA SOBRE LA REVOLUCIÓN

Estaría incompleto un análisis de la realidad política venezolana sin considerar al capitalismo internacional. Veamos.

El capitalismo atraviesa una crisis que, sin dudas, es una crisis de la humanidad. El capitalismo tiene una necesidad vital, crecer, pero el crecimiento continuo se topó con sus límites. Ya no puede hacerlo geográficamente, ocupa todo el planeta, ni con artificios económicos, las burbujas de la especulación le estallan en la cara. Los tradicionales polos imperiales están envejecidos, comidas sus entrañas por las deudas, abarrotados sus almacenes de mercancías que los constipan, la crisis toca a continentes enteros.

Europa sale del sueño del mercado común y vive la pesadilla de pueblos desesperados, no preparados para la penuria, los suicidios son epidemia. La crisis es global aunque algunos países, los llamados emergentes, pretenden esquivarla invadiendo mercados y territorios descuidados por los viejos imperios ahora decadentes. Vana ilusión, la crisis es del sistema capitalista, la solución no está en modificarlo ni remozarlo, sino en superarlo.

A nuestra puerta tocan los países emergentes. China, Rusia, Brasil buscan con desespero el petróleo, ingrediente indispensable para sus economías enfermas en sus cimientos. Estos países se enfrentan, con cautela, a los tradicionales países capitalistas, pugnan por un espacio en el sistema capitalista mundial, pero sin poner en peligro su existencia, lo protegen y simultáneamente piden su tajada del pastel.

Es lógico pensar que se puede sacar provecho de las grietas que producen las peleas entre los intereses capitalistas, pero ¿puede el país navegar en las aguas agitadas por los diversos intereses que allí se mueven? Quizá, es posible, pero seguro muy peligroso. Se trata de hacer negocios con fieras, algo así como cebras comprándoles pasto a los leones.

A nosotros nos tocó en suerte, o mejor, en mala suerte, Brasil. Podríamos decir, parafraseando el dicho mejicano: "pobre Venezuela, tan cerca del Brasil y tan lejos de Dios."

Tenemos negocios con Brasil y con Argentina, es decir, con la columna vertebral del mercosur, simultáneamente a lo económico, como es de esperar, se tejen obligaciones políticas que traban la marcha al Socialismo. Al entrar en el mercosur, además de la integración capitalista que eso significa, ingresamos en una integración de la democracia burguesa, del sistema político que la dominación burguesa adopta en el continente.

Los intereses económicos de Brasil y Argentina en Venezuela, necesariamente generan intereses políticos, sería cándido pensar lo contrario. Sería una falta incomprensible no pensar que estos países no intervienen en nuestra política, que no la intentan dirigir hacia lo que conviene a sus intereses, y sería casi un suicidio no prepararnos para enfrentar este factor internacional que intenta impedir el avance hacia el Socialismo. Es decir, son enemigos, por ahora ocultos, de la Revolución Bolivariana.

Cuando tenemos como objetivos históricos la Soberanía, el Socialismo, ser potencia moral, sin duda la burguesía paulista y agraria de estos países se activa en contra de estos propósitos, son ellos los que hegemonizan en esos países.

Lula pasará a la historia como el cónsul de la burguesía paulista. Consiguió encarnar, como nadie, el disfraz de obrero, de luchador social y embaucar con el lema de: "lo que es bueno para la burguesía es bueno para el Brasil". Desmontó la lucha de clases limitándola a una suerte de escarceos de verano de movimientos sociales inocuos para la salud del capitalismo.

Es un inmejorable operador del fortalecimiento del capitalismo en Brasil y de su expansión. En la ola de la pasión por el fútbol consiguió cabalgar la pasión por el expansionismo capitalista, en el mejor estilo de las antiguas cortes portuguesas.

¿Qué hace hoy el cónsul lula?

Lula tiene como tarea importante neutralizar al Socialismo Bolivariano y poner la riqueza nacional, el petróleo, al servicio de la burguesía de Brasil y Argentina. El hombre usa muy bien el disfraz de manso, de amigo.

Declaró que una victoria de Chávez sería una victoria de él, así se ganó la simpatía de todos, una especie de patente para opinar, siempre pusilánime, con disimulo, ambiguo. Veamos.

En unas declaraciones que da en Argentina, su socio principal en el mercosur, lula nos muestra su verdadero yo, he aquí la noticia en su idioma original:

O presidente reeleito da Venezuela, Hugo Chávez, deve preparar um sucessor, disse o ex-presidente Luiz Inácio Lula da Silva (…) que a alternância de poder é fundamental para a democracia.

disse ao jornal argentino La Nación que "para a democracia, a alternância de poder é uma conquista da humanidade e, por isso, é preciso mantê-la.

Eu acreditava que Chávez seria melhor para a Venezuela. Agora creio também que o companheiro Chávez deve começar a preparar sua sucessão. Porque a Constituição permite que Chávez seja candidato por uma quarta vez, mas, quando ele perder, os adversários também poderão se candidatar quantas vezes quiserem, e isso acredito que não é bom, disse Lula.

¿Qué hay tras estas declaraciones de lula? Sin duda la intención del imperialismo del sur de parar la marcha al Socialismo, nos lanza una carga de profundidad, nos pone a pelear con años de adelanto por las elecciones del 2019, saca a Chávez del juego, alienta la pelea interna, nos sumerge en la perversión de las elecciones burguesas.

Pero ¿cuál es el origen de la simpatía de lula? ¿por qué nos ama? La respuesta la da él mismo, en la entrevista declara:

"Venezuela empezó a mirar a América latina, y por eso defendí el ingreso de Venezuela al Mercosur. Por la importancia estratégica de Venezuela, es una de las reservas más grandes del mundo de petróleo y de gas, tiene un potencial energético extraordinario. Nosotros precisamos en cuanto Unasur discutir cómo hacernos socios de esa riqueza que tenemos".

El cónsul del sur devela su interés, al igual que los gringos, o los chinos... ponerle la mano al petróleo. Para eso necesitan detener la marcha al Socialismo, por eso Chávez les es incomodo, he allí el centro de la política imperial… Brasil incluido.

lunes, 1 de octubre de 2012

LOS AMORTIGUADORES


La dominación burguesa, el estado burgués, se sostiene sobre unos amortiguadores que mitigan las tensiones sociales que produce la lucha de clases. Cuando son incapaces de contener, de atajar la turbulencia social, el sistema entra en crisis, se anuncian cambios profundos.

Uno de estos amortiguadores son las elecciones burguesas, en Venezuela funcionaron durante medio siglo.

Con la llegada de la Revolución, por razones de sus características, hubo la necesidad de continuar con las elecciones burguesas. En varias ocasiones se han visto desbordadas por las contradicciones, así se produjeron el golpe y el sabotaje petrolero. Se podría decir que a medida que la Revolución avanza las elecciones pierden cada vez más su papel amortiguador, la restauración de la dominación capitalista busca vías extra elecciones.

A medida que la Revolución se hace fuerte, las elecciones burguesas se debilitan en su papel. Esto parece ser una ley de las revoluciones pacíficas. Hoy en Venezuela las contradicciones han llegado a tal punto que el sistema electoral estalla en pedazos. Veamos.

El CNE se debilita. El episodio de la gorra de capriles, el embrollo con el simulacro, la insistencia de la oligarquía en cantar fraude, configura un cuadro de CNE golpeado, disminuido.

La amenaza de resultados adelantados, dar por sentado la derrota de Chávez y la supuesta negativa nuestra a reconocer los resultados, junto a las agresiones de personeros gringos, configuran un cuadro de desbordamiento de las contradicciones.

En esta situación dos son los escenarios a considerar:

Las elecciones pueden contener el estallido de las contradicciones, el triunfo de Chávez será aceptado por la derecha nacional e internacional, preservaremos la paz, seguiremos construyendo.

Las elecciones son incapaces de contener el estallido de las contradicciones, la derecha asalta a la Revolución. Este escenario de alta probabilidad tiene muchas variantes, van desde un golpe clásico, de esos que se dan en la madrugada, hasta la desestabilización y posterior intervención.

¿Qué hacer?

Primero: desechar el virus del electoralismo. Las elecciones burguesas son sólo una vía para resolver las contradicciones sociales, no "la única vía", ni siquiera son la manera de ser democráticos. La experiencia indica que el electoralismo, paradójicamente, se enraíza más en las revoluciones pacíficas en el poder que en la derecha desplazada.

Segundo: organizarse para enfrentar el asalto a la Revolución, construyendo un tejido social y, sobre todo, dejando claros los comandos, estos a la hora de los hornos son indispensables, sin ellos, a despecho de la conseja anarquista, no hay victoria posible.

Tercero: hacer un gran ejercicio unitario, la unidad no debe ser castradora, debe hacerse alrededor de dos únicos requisitos: ser Chavista y ser Socialista.

Cuarto: debemos pensar que a la hora del quiebre se debe instaurar un estado de excepción, que permita profundizar y defender la Revolución.

La mayoría actuante, la misma que hizo la Revolución de la Independencia, tiene igual o más legitimidad que la mayoría votante, que es inactiva y se limita a un acto individual, egoísta.

Las señales en el cielo son claras, aumentan cada hora, es así a medida que se acerca el punto crítico del 7 de octubre, se descarnan las contradicciones, el verdadero carácter no se puede ocultar, las reales intenciones afloran a la superficie.

Sólo un cándido no percibe que la derecha nacional e internacional está preparando un plan extra constitucional, sólo un tonto puede pensar que esto es una elección normal, que no hay nada oculto. El plan desestabilizador de la derecha es evidente, ya sobrepasa la voluntad de los miembros de la mesa oligarca, adquirió vida propia. Su desenlace es inminente, sólo resta saber la fuerza que acumuló y las variantes que adopte para expresarse.

Ante el ataque inminente contra la Patria es necesario involucrar al pueblo revolucionario, informarlo, concientizarlo, prepararlo para la respuesta, para la defensa de la Revolución, del Comandante, y para la profundización del Socialismo. El pueblo de Bolívar debe ir en defensa de su futuro de la única manera que esto es posible: avanzando hacia el Socialismo. Regresar a la impunidad, a la ambigüedad, es condenarnos a la derrota.

El pueblo debe estar involucrado en la defensa de su Revolución, y debe tener en cuenta que, tal como decía Anibal Ponce, "Las revoluciones se hacen, en efecto, con doctrina de pensadores y está condenada de antemano la insurrección que confíe a la inspiración del momento la suerte de sus aventuras".

La dirección tiene la responsabilidad de guiar al pueblo, sin complejos anarcoides, esa es su función, debe volcar todo el estudio y la experiencia política de años de combate teórico-práctico y su olfato en consignas que resuman esa sabiduría.

Bolívar supo traducir las enseñanzas de Simón Rodríguez y de los enciclopedistas en consignas claras, en arengas lúcidas, en proclamas certeras que guiaron a la sociedad a su liberación.

Fidel fue capaz de verter toda su sabiduría en consignas oportunas que guiaron a los cubanos a esa hazaña histórica que es la Revolución Cubana. Detrás de ellos había una montaña de estudio, de reflexión, de rigor y de práctica que le dieron a sus palabras y a sus pensamientos la capacidad de acertar.

Chávez transformó dos palabras, "por ahora", en huracán, resumían años de estudio, de preparación, de amor.

Las circunstancias difíciles que atraviesa la Patria exigen que la dirección incorpore al pueblo, que lo dirija y produzca orientaciones para salir airosos de las vicisitudes que se aproximan. No podemos dejar la respuesta a la improvisación, no debe ser espontánea. El oligarca, y esa es una característica del capitalismo, aprende de sus derrotas, ya asimiló sus errores de abril y del sabotaje petrolero, no los repetirá. La respuesta nuestra debe ser más inteligente y más rotunda.

El pueblo entenderá que el 7 la Revolución tiene dos tareas, ganar con amplia ventaja y defender la Patria y la Paz.

Si se atreven no habrá perdón, no habrá nueva conspiración, del capitalismo no quedará piedra sobre piedra.






miércoles, 26 de septiembre de 2012

SALVAR A LA HUMANIDAD

Chávez proclama la necesidad de salvar a la humanidad, es uno de los puntos históricos del programa de gobierno bolivariano. El candidato del capitalismo se burla, desestima la visión de altura, convoca al pensamiento corto, mezquino, y a la vez suicida. La situación describe el terrible dilema que hoy confronta la sociedad venezolana. Veamos.

¡La humanidad está en peligro de extinción! Esta no es una afirmación de Chávez, es la angustia de los organismos internacionales y de las mentes más brillantes del planeta. Los más autorizados científicos coinciden en el peligro de extinción que la especie, la vida, corren: el desajuste climático, la contaminación bestial, la desertización, las migraciones forzadas, la vida sin sentido y el vacío de la existencia, conducen a la depresión psíquica, a un problema de salud pública, a una epidemia. Todo conforma una situación de profunda crisis.

Frente a la crisis hay tres posiciones principales:

Los que la ignoran, la desestiman, son los engañados, los manipulados, van por el mundo ignorantes del peligro que corren, satisfechos con sus pequeñas conquistas, quizá un carro, una cuenta de ahorro que les da seguridad y les eleva el ego hasta que llegue la cuenta de la clínica privada. Estos sienten el cambio climático, la presión de los depauperados, pero son incapaces de relacionarlos con el sistema capitalista.

Otros son los partidarios del sistema capitalista, sus voceros tienen como función engañar al pueblo, distraerlo del grave peligro que genera el capitalismo, defienden al sistema. Dicen que sólo debemos preocuparnos de los pequeños problemas, de la basura, la falta de agua, los alimentos caros, la falta de electricidad, la inseguridad. Evitan a toda costa que las dificultades se relacionen con el sistema capitalista. Son cómplices del genocidio que se está cometiendo contra la vida planetaria, son coautores del asesinato, lo hacen con desvergüenza.

capriles pertenece a este último grupo, un supuesto gobierno de este sifrino, cuya falta de inteligencia, de estatura de estadista, es una amenaza para la humanidad, contribuiría al desastre ecológico que hoy confrontamos, su falta de visión impediría dar el salto que salvaría a la especie. Con él ni siquiera se podrían resolver los pequeños problemas de la vida diaria.

El tercer grupo son los socialistas, entienden que hay un grave peligro de extinción de la vida, que nos aproximamos al punto de no retorno y saben que la única manera de salvarnos es cambiando radicalmente nuestra manera de vivir, modificar nuestro consumo, la producción y las necesidades, recuperar la relación amorosa del humano entre sí y de éste con la naturaleza. Dotar a la existencia de contenido, de razones sagradas por las cuales luchar, por las cuales vivir. En resumidas palabras, vivir en Socialismo, superar el capitalismo asesino y suicida.

La estulticia de capriles, del candidato de la muerte, cuando este cobero se burla de la amenaza que se cierne sobre nosotros, está llamando a los hombres sensatos de Venezuela a votar por Chávez, a mantener viva la esperanza.

Pocas veces Venezuela había estado tan amenazada como ahora con las pretensiones de capriles y sus cómplices, están jugando a la política sin ningún escrúpulo, con bajísimo conocimiento y poquísima inteligencia. Aplicarán un paquetazo, un proyecto neoliberal, se colocarán del lado de los heraldos de la muerte, los que conducen a la humanidad a la extinción.

capriles y su combo son una amenaza para Venezuela, para todos, sin distingos de ninguna especie: ricos y pobres, mujeres, viejos y niños, todos estamos amenazados con capriles.

Si capriles gana, ¡Dios no lo quiera!, aplicará el paquete que nos condujo al 27 de febrero. Para hacerlo tendrá que someter al país a la represión más brutal que se haya conocido por estas tierras. El proyecto económico de la mud, que es plegarse al capitalismo mundial, hundirse en la crisis que padece, se expresa en lo político con una "terapia de shock".

El país será sumergido en condiciones de inseguridad extrema. Por un lado el gobierno fascista desatado queriendo arreglar todo con represión, volverán los días del gas lacrimógeno, de la pólvora como operador político. Por otro lado, surgirá la más pavorosa inseguridad de las entrañas de la miseria causada por los planes del proyecto capriles. Serán días terribles, nadie estará tranquilo, nadie podrá dormir en paz, la sociedad toda se desquiciará.

Si capriles pierde por pocos votos, activarán su plan B, de violencia, desacato y nadie sabe dónde terminará lo que comiencen irresponsablemente el 8.

Si capriles pierde por muchos votos, no podrán reclamar fraude, entonces los más recatados, los más sensatos, tendrán argumentos para desactivar la bomba que significa la irresponsabilidad de los sifrinos y podremos preservar la paz.

Es así, capriles es una amenaza para la nación y para la humanidad, ni obama, ni romney se atreven a decir las barbaridades que él dice. De todo este experimento fallido de la derecha debe quedarle una experiencia: no es posible dejar el timón a gente inexperta, es un peligro para todos. Estos muchachos jugando a la política y a la guerrita pueden, en su locura y su inexperiencia, destrozar todo el cuadro político, sumergirnos en oscura noche fascista. Ya acabaron con la mesa, todos los días ocurren deserciones de gente que no tiene entrañas para acompañar al fascismo en sus andanzas, asustada por la crueldad que estos patoteros planifican para el país, que piensan que una cosa es salir de Chávez y otra es acabar con el país.

De todo esto se desprende que el voto por Chávez es el voto por la Patria, por la vida, y eso no es un mero slogan publicitario, la consigna resume la situación nacional y mundial. El que no vote por Chávez no quiere a su país, el odio lo enceguece. El que vote por Chávez está guiado por grandes sentimientos de amor.