martes, 9 de agosto de 2011

¿CUÁNDO ES POSIBLE EL SOCIALISMO?

El asunto está en la escena política, se discute el carácter de la Revolución Bolivariana, varias son las interpretaciones y definiciones. La cuestión es crucial, del resultado depende la vida del proceso.

Podemos decir que la historia de la Revolución mundial es la historia de esta polémica. Es vital para una Revolución que nace, como la nuestra, estudiar esa historia, allí encontrará enseñanzas que serán de utilidad. La historia se repite con similitud que sorprende.

La Revolución Soviética está teñida por la polémica entre los mencheviques, conservadores, impregnados por el gradualismo reformista que no podían ir más allá de un gobierno de la burguesía, enfrentados a los bolcheviques, audaces, revolucionarios, guiados por Lenin. Leamos lo que dicen los cronistas de esa confrontación:

"Para los mencheviques el esquema estaba claro: Las condiciones materiales en Rusia no estaban maduras para el socialismo, era pues necesario un periodo prolongado de capitalismo basado en las formas parlamentarias democráticas. Esto facilitaría el desarrollo de las fuerzas productivas, fortalecería al proletariado y crearía las condiciones para la lucha futura por el socialismo. La revolución rusa era burguesa y la clase obrera debía subordinarse a la dirección política de la burguesía. Traspasar estos límites era simplemente aventurerismo.

Por su parte los marxistas revolucionarios rusos, en concreto Lenin, tenían otra visión. Para él la burguesía rusa representaba una fuerza contrarrevolucionaria. Por su posición económica y por su desarrollo histórico, la burguesía rusa había sido incapaz de librar una batalla seria contra el régimen zarista y la nobleza terrateniente; al contrario, se había fundido con ésta última en innumerables negocios e incluso había accedido a la propiedad de la tierra convirtiendo a muchos de sus representantes más destacados en grandes propietarios latifundistas."

Aparecían así los dos bandos que van acompañar a las revoluciones modernas hasta nuestros días. Aquí en el continente estos bandos surgieron en 1958 y 1959 con una claridad aleccionadora.

En Venezuela se dio una situación revolucionaria con el derrumbamiento de la dictadura de Pérez Jiménez: el pueblo enardecido en la calle, triunfante, eufórico, capaz de entender y aceptar cualquier cambio profundo. Sin embargo, la dirección "menchevique" diagnosticó el momento como de "liberación nacional", y propuso convivencia con el burgués. Sus razones fueron muy similares a las de los mencheviques originarios: poco desarrollo de las fuerzas productivas, debilidad del proletariado, falta de condiciones para un salto socialista. Lamentablemente estas tesis debilitaron a la revolución, y ésta fue capturada. Medio siglo de pacto burgués fueron las consecuencias del extravío teórico y la pusilanimidad de los dirigentes.

Es aleccionador, y contrasta con la posición de los "mencheviques criollos", que un año después sucede la Revolución Cubana y, en las mismas condiciones adversas, poco desarrollo de las fuerzas productivas, del proletariado, a noventa millas del monstruo, etc., no dudan y avanzan hacia el Socialismo. Hoy son reservorio moral de la humanidad.

Con la llegada al gobierno de Chávez, los dos bandos, el reformismo y la Revolución, aparecieron con fuerza.

Si revisamos la historia encontraremos que desde los tiempos de la fundación de la nacionalidad estos bandos están presentes. El enfrentamiento dentro de la Revolución Bolivariana es el mismo combate entre la Junta defensora de los derechos de Fernando VII, y la Junta Patriótica, e idéntico al que se dio a la caída de Pérez Jiménez.

La Revolución Bolivariana ha recorrido inédito camino, como todas las revoluciones. Recordemos que no hay dos revoluciones iguales, cada una es su propio modelo, su camino concreto está dado por sus propias circunstancias. La teoría sólo puede aportar las grandes líneas de la pintura del paisaje revolucionario, los detalles pertenecen a la vida.

Aquí la Revolución nos sorprendió un día lluvioso de febrero, cuando nadie pensaba que este país, carcomido moralmente por el capitalismo rentista petrolero, podría aún albergar en el corazón de sus militares el sentido patriótico de los héroes que acompañaron a Bolívar hasta el Perú. Esa madrugada el país fue conmovido por un rayo de dignidad, y la Revolución comenzó a recorrer y construir sus propios caminos.

La masa comenzó a escribir el nuevo libro, de la Nueva Revolución.

Lo primero que el pueblo resaltó es que en esta Revolución, la intuición, el olfato, es previo a la comprensión y a la conciencia. Ha sido así, esta Revolución ha avanzado con el corazón como brújula, y esa es una enseñanza que puede ser universal: "Sin asombro, sin sentimiento, no es posible una Revolución, y estos no se adquieren en los libros, no son teóricos, surgen de épica de la vida".

Luego las masas escribieron en el libro de la historia que la lealtad al líder es requisito indispensable para avanzar, y así se entregaron a la conexión amorosa con Chávez. En una Revolución no puede haber apoyos condicionados, la Revolución requiere resteo, el todo o nada. El cálculo mezquino, la red de seguridad, castra la necesaria emoción para el salto grande, el que funda.

Así, la Revolución nuestra fue avanzando en lucha contra el imperio y la contrarrevolución externa, derrotándola en elecciones y en choques cruentos, superando ataques de todo tipo, cometiendo errores, y cosechando aciertos, pero siempre manteniendo intacta la emoción. Y también enfrentando a la contrarrevolución interna, ésta ha adquirido varías formas a través de los años: primero fue francamente de derecha, eran los días del golpe de abril y del sabotaje petrolero, luego adquirió formas más sutiles, el reformismo tomó el control, y propuso extravíos que hicieron y hacen daño, son extravíos que no operan en lo visible, sino que horadan las bases éticas, morales, de la Revolución, actúan con sordina expandiendo valores capitalistas. Economía egoísta disfrazada de Socialismo.

Ahora, cuando la Revolución tiene oportunidad de dar el inmenso y definitivo salto, aparecen, como lo han hecho en toda la historia los planteamientos mencheviques, lloriquean que no hay condiciones, plantean estímulos y alianzas a la burguesía. No hay dudas, la historia se repite, los bolcheviques y los mencheviques son espectros que visitan a las revoluciones. El Socialismo es posible siempre.

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