martes, 16 de agosto de 2011

LA RESPUESTA DEMOLEDORA

La dirección de la Revolución advierte a la oligarquía que si insisten en su aventura golpista habrá respuesta demoledora. Es una advertencia y simultáneamente es una orden a los revolucionarios, debemos pensar la respuesta demoledora.

La Revolución Pacífica, así lo va indicando la historia, presenta en su recorrido episodios de violencia. Son el estallido de las contradicciones que se vienen agudizando en los períodos de paz, éstos en realidad son períodos de acumulación de fuerzas para la próxima confrontación.

Los episodios de confrontación violenta, son oportunidad de la contrarrevolución para restituir el viejo orden y son ocasión de la Revolución para avanzar, para dar saltos. En esos momentos de combates los pueblos aprenden, se politizan aceleradamente, comprenden las medidas revolucionarias. En esas ocasiones, es importantísima la claridad de la vanguardia que guiará la respuesta de las masas hacia metas de construcción socialista.

Si la vanguardia no es capaz de guiar a la masa hacia metas superiores, si es incompetente para escalar en la vía revolucionaria, entonces, esos episodios de confrontación, aun cuando sean ganados militarmente, desgastan a la Revolución, se transforman en oportunidad para el reformismo, que despliega velas con los vientos del triunfo que embriaga.

La decisión en toda confrontación, pero sobre todo en el choque violento, se decide por la claridad ideológica, por la acumulación de conciencia, el vigor de la vanguardia. Son estos tres pilares que definirán la contienda. He allí la esencia de la preparación para la Respuesta Demoledora.

Si la masa queda a su libre albedrío, sin dirección política, necesariamente reproducirá un motín, saqueará. Guiada por el sentido común reproduce los valores del sistema capitalista ¡Saquea! se apodera así de una alícuota de la renta, descuenta la plusvalía que le arrebataron. Los ejemplos abundan, allí está el 27 de febrero, y los últimos motines en Londres.

Si la masa tiene dirección política, pero ésta no tiene claridad de los pasos, entonces la victoria se limita a preservar la democracia burguesa amenazada, a regresar a los cauces de lo viejo, nunca a superarlos.

El 23 de enero de 1958, cae la dictadura de pérez jiménez, el pueblo sale a la calle, y la dirección menchevique de la Revolución es incapaz de proponerle metas revolucionarias, le plantearon cantar el Himno Nacional en las puertas de las cárceles, y fueron incapaces de formar gobierno, de tomar posiciones políticas.

Así pasó en Abril, las masas carecían de objetivos más allá del rescate de Chávez. Intuitivamente se fueron a los medios de comunicación oligarcas, pero allí fueron contenidos, desactivados por los dirigentes revolucionarios.

Si hay vanguardia, claridad política, pero la masa carece de Conciencia del Deber Social, si hay confusión de valores, el avance, también se frustrará.

El centro de todos los componentes de la Respuesta Demoledora , es la ideología, la teoría, desde ella se sustenta todo.

La ideología, debe resumirse en consignas, éstas serán como órdenes, proyectiles precisos en los momentos álgidos de la confrontación. Para que las consignas sean efectivas deben surgir de una ideología sólida. La ideología debe mostrar el carácter de la confrontación.


Carácter de la Confrontación


Doscientos años en la vida de un pueblo, equivalen a un instante en la vida de un hombre. Es así, esta nación nuestra es menina, ha vivido poco, aún tiene muchas cuentas que saldar con su origen cercano.

Es así, esta batalla de hoy es continuidad directa de la Independencia , los mismos bandos, las mismas reivindicaciones, hasta los mismos apellidos. Los amos del valle se resisten a perder los privilegios que le robaron al pueblo libertador, y los humildes despojados volvieron para saldar las cuentas, para terminar la obra inconclusa de Bolívar.

Esta es la misma confrontación entre la oligarquía anti bolivariana, y el pueblo humilde que acompañó al Libertador hasta los confines del continente. Los campos son los mismos, las motivaciones idénticas, el mismo desprecio y el mismo amor.

Cuando vayamos al campo de batalla, cualquiera que este sea, electoral o violento, debemos ir sintiendo que somos herederos del Ejército de Bolívar, en lucha centenaria contra sus enemigos, y convencidos que esta batalla es la final, o triunfamos o la Patria que fundaron los Próceres desaparece en las fauces insaciables del imperio agonizante.

La batalla ayer era por la independencia y por la máxima felicidad para el pueblo. Hoy es por el Socialismo que es la nueva manera de decir soberanía y pueblo dueño de su futuro, constructor de su propio mundo, responsable de lo bueno y lo malo que le suceda. No es posible pensar en Patria sin pensar en Socialismo. La burguesía es imperialista, antipatria.

La Revolución quiere avanzar por la vía de la paz, ese es el camino que le ahorra más pesares a los humildes, pero no se engaña, no es cándida, se prepara para las posibles embestidas oligarcas, no tomará la iniciativa de la violencia, pero a la agresión responderá con la ira de un pueblo maltratado y engañado durante siglos.

Si se atreven, la legalidad revolucionaria sustituirá a la legalidad burguesa. Los agresores perderán derecho a sus propiedades, la Revolución no puede aceptar la existencia de medios para agredirla. No habrá estabilidad política diferente a la del gobierno de Chávez, sólo el Comandante tiene legitimidad, otra pretensión no será reconocida. Las consignas deben ser: ¡Confiscar las propiedades oligarcas!. ¡Disciplina, Consciencia, Unidad con Chávez!

La dirección es la de Chávez y la de los organismos que Chávez designe. En tiempos de guerra hay que jugar cuadro cerrado, unidad alrededor de Chávez. Las órdenes serán las que Chávez y los organismos designados dicten. La disciplina es indispensable para ganar el combate, la anarquía debe ser desechada. La Respuesta Demoledora debe ser organizada, consciente, disciplinada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario