Muchos y torcidos son los caminos del creer, de la formación de creencias. Las creencias, las formas como se aprehende la realidad, son influenciadas por la cultura de una época, y esta cultura se entrelaza con la forma económica. Así, un sistema tendrá una relación económica, una cultura, unas creencias y unas formas de adquirir esas creencias que le son propias y lo definen. En resumen, las creencias corresponden, son parte del sistema específico, lo apuntalan, lo reproducen.
De aquí que la comprensión de la fisiología de las creencias es fundamental para el hecho revolucionario, que en definitiva es una radical sustitución de ellas. Las preguntas ¿en qué cree un pueblo? ¿cómo llega a creer?, son fundamentales.
El tema no es sencillo, sus raíces llegan hasta las profundidades inéditas del alma humana, se internan en aéreas que van desde el psicoanálisis hasta la bioquímica. El comportamiento humano es un misterio escurridizo al entendimiento, pero su comprensión es indispensable para el ejercicio político.
¿Cómo el hombre conoce, qué le es dado conocer?
Es una pregunta que ha interesado a los mayores pensadores del mundo, la filosofía afirma su desarrollo en esta pregunta, la relación del hombre y la realidad ha sido preocupación que acompaña a la humanidad desde su nacimiento, o quizá deberíamos decir que la humanidad nació cuando construyó esa pregunta, cuando pensó sobre el pensamiento.
El hombre ha desarrollado métodos para conocer. Siempre el humano utiliza un método para conocer, se podría hacer una historia de la evolución de estos, sus diferencias de acuerdo a las clases sociales, a los sistemas sociales, sus relaciones.
Se deduce que la cultura capitalista tiene como objetivo instalar en los dominados una manera de ver al mundo, una manera de construir sus creencias, en ese empeño juegan papel principal los medios de deformación, que podríamos nombrar como medios de formación, de certificación de creencias.
Lo primero que intenta la clase dominante es que el hombre no vaya más allá de su entorno, que no supere las apariencias, no generalice, no relacione, que se conforme con lo que ve a su alrededor, que, como decía Martí, piense que su aldea es el mundo. De esa manera, en su ignorancia, es fácilmente dominado.
Hoy nos interesa indagar en los métodos clásicos de conocer, que vienen desde lo profundo de la historia, son dos principales, el método deductivo y el método inductivo.
Método Deductivo. En este se aplican los principios generales ya descubiertos en casos particulares. Por ejemplo, sabemos que con los capitalistas no se puede hacer tratos, no son de fiar, siempre rompen los pactos, de ese principio general podemos deducir que un acuerdo con los capitalistas será roto según su conveniencia.
Una aplicación concreta del método deductivo sería así:
Los capitalistas no son de fiar.
Los candidatos de la mesa son capitalistas.
Se deduce que: Mariacorina, Pablo Pérez, Capriles, Leopoldo, etc, no son de fiar.
Método Inductivo. En éste, a partir de casos particulares, se eleva a principios generales. Un caso de aplicación concreta de este método sería: En abril los escuálidos afirmaron ser demócratas, y dieron un golpe. En diciembre afirmaron ser demócratas y dieron un golpe. A partir de estos casos particulares podemos inducir el principio general: los escuálidos esconden intención golpista tras sus confesiones de demócratas.
Un método de construcción de creencias, muy usado por la dominación es La Superstición, ésta fue definida por los clásicos como: "el temor al poder invisible imaginado por la mente o basado en relatos públicos permitidos".
Es así, la televisión, los medios de "formación de creencias" actúan como nigromantes, se basan en poderes invisibles imaginados por la mente y convertidos en verdad, en creencias que favorecen, que perpetúan su dominación. El capitalismo es una superstición.
En las elecciones burguesas la superstición es instrumento muy usado para la instalación de creencias que favorezcan a sus candidatos.
Los mecanismos de dominación también operan de manera decisiva sobre el fondo del alma del dominado, manipulan la mente desde la infancia más temprana, influyen en los pilares de la conducta humana: la sexualidad, los miedos, los apetitos, los instintos, etc., pero el estudio de estos no forma parte del presente trabajo.
El desarrollo del pensamiento humano, de las relaciones de producción, de las fuerzas productivas, la evolución de la filosofía, culmina hoy en el Marxismo, cuyo método es el más elevado que ha alcanzado la humanidad. Dota a las luchas de un instrumento para analizar la realidad, para adquirir el conocimiento, las creencias que permitan hacer la Revolución.
El Método Marxista reconoce a las clases sociales, aspecto muy importante en esta época donde tanta tinta y tantos argumentos se gastan para ocultarlas. Este método analiza la lucha de clases, de esta manera se sitúa en el centro de la historia de la humanidad, rescata la evolución, el movimiento, es historicista, desecha la perpetuidad de un sistema, anuncia la posibilidad de superar al capitalismo.
El análisis de la realidad, la manera como se haga tiene que ver con esta lucha de clases, está influenciado por la ubicación en una clase. El Método Marxista no es un eunuco, toma posición, es un instrumento para la práctica de cambio radical de la humanidad.
Siendo así, se comprende que el Método Marxista sea objeto de fuerte oposición por el mundo burgués, capitalista. Lo deforman, lo desprecian, lo ocultan. Saben que un pueblo, su vanguardia, son invencibles cuando analizan la realidad con este método, cuando a partir de él construyen sus creencias, su visión del mundo, su ideología.
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