viernes, 25 de noviembre de 2011

PROLETARIZAR A LOS OBREROS, PROFUNDIZAR LA REVOLUCIÓN

A contramano de lo que pensaron los clásicos, las Revoluciones se han dado en sociedades con poco desarrollo del proletariado. De este hecho incontestable surge una interrogante principal ¿cómo es posible que países con poco desarrollo de la clase revolucionaria se colocaran a la vanguardia de la humanidad, aun por encima de países con alto desarrollo del proletariado, cómo es ese movimiento?

Lo primero que se debe considerar es que las ideologías migran, eso es lo que hace posible la dominación. La ideología de la clase dominante es adoptada, coloniza a las clases subyugadas, de esa manera se hace hegemónica. De aquí que la ideología que emana de la condición proletaria puede migrar, a través de una vanguardia revolucionaria, a otras clases sociales. Entonces, la ideología que guía a un intento revolucionario es lo determinante en su futuro, no la composición de las fuerzas de ese intento.

En Cuba la clase revolucionaria fue la campesina que se empapó de la ideología revolucionaria. El Che, en El Socialismo y el Hombre en Cuba, nos dice:

"Llegó la etapa de la lucha guerrillera. Esta se desarrolló en dos ambientes distintos: el pueblo, masa todavía dormida a quien había que movilizar y su vanguardia, la guerrilla, motor impulsor de la movilización, generador de conciencia revolucionaria y de entusiasmo combativo. Fue esta vanguardia el agente catalizador, el que creó las condiciones subjetivas necesarias para la victoria. También en ella, en el marco del proceso de proletarización de nuestro pensamiento, de la revolución que se operaba en nuestros hábitos, en nuestras mentes, el individuo fue el factor fundamental."

Fue así, la vanguardia creció principalmente por la clase campesina, y fue sometida, tal como lo dice el Che, a un proceso de proletarización del pensamiento, de los hábitos. La ideología proletaria migra a la vanguardia campesina y la transforma en instrumento Revolucionario. Tenemos en Cuba, para ese momento, un núcleo proletarizado, y una masa, como dice el Che, dormida. La tarea de la vanguardia fue trasladar al resto de la sociedad la ideología, la conducta revolucionaria.

Pero ¿cómo fue ese proceso de proletarización de la vanguardia, cuál su esencia? La respuesta debemos buscarla en la vida guerrillera, allá se vivía la esencia del Socialismo: el sentido de pertenencia a la sociedad, al todo. La suerte del individuo estaba ligada a la suerte del todo, y el todo dependía de la suerte de cada uno.

El Che ilustra muy bien esta condición cuando en su libro, La Guerra de Guerrillas, dice: "Recuérdese que, en marcha, la velocidad de la guerrilla es igual a la velocidad de su hombre más lento". Es decir, la guerrilla es un todo, influenciado por sus partes y a su vez influenciándolas. Esta situación, esta existencia se puede asimilar a la esencia de las condiciones en una fábrica, en la producción. Aquí encontramos una primera aproximación a la proletarización, que podemos asimilar a la conciencia de pertenencia al todo, a la sociedad.

A partir de la Sierra Maestra la historia es conocida: La guerrilla se proletarizó, y proletarizó al resto de la sociedad y fundamentalmente proletarizó a los obreros, los encontró con su ideología, los transformó en Clase Obrera, en clase que entra en la disputa de la hegemonía de la sociedad.

Podemos concluir que la Revolución universal va construyendo sus leyes: la necesidad de un líder, de una vanguardia que se proletariza y proletariza al resto de la sociedad, a los obreros.

Esta enseñanza, estas leyes deben ser adaptadas a las condiciones de nuestro tiempo y nuestras circunstancias. La Revolución Bolivariana, es una Revolución pacífica, que convive con la oligarburguesía, en medio de una fuerte corriente reformista. En estas condiciones, el peligro de restauración, que amenaza a toda Revolución, es altísimo, imponerse a esa amenaza dependerá del éxito que se alcance en la lucha ideológica, y el núcleo central de esa lucha son los obreros. Afirmamos: en este momento histórico, tal como sea la suerte de los obreros, su comportamiento, la ideología que los guíe, así será la suerte de la Revolución. Es allí que se escenifica la más importante lucha ideológica.

Esto lo sabe el enemigo oligarburgués y reformista, por eso enfilan hacia allá toda su fuerza. Un ejemplo, la representante más clara del imperio, de la godarria, de los amos del valle, mariacorina, desciende a Guayana a exponer una tesis distraccionista, la dama de manto y peineta declara:

“Desde aquí, desde San Félix les digo a los trabajadores es momento de dar la lucha por lo que creen, por su familia, su trabajo, el derecho a la propiedad (…)

Es “fraude” al trabajador la propuesta hecha por el gobierno actual al trabajador de Guayana a quien “se le ofreció participar en la propiedad de las empresas y hoy les han arrebatado incluso hasta el derecho de poseer acciones tipo B”.

Más claro imposible, la oligarquía importándose por la propiedad de los obreros, zamuro cuidando tripa, ¿¡Por qué, qué buscan con esa demagogia, por qué la hacen ahora!? La respuesta es sencilla, lo hacen porque temen que los obreros se encuentren con su ideología, se transformen en Clase Obrera, en clase que entra en la disputa de la hegemonía de la sociedad y hagan a la Revolución invencible, tratan de extraviarlos con migajas, hacer que traicionen su papel histórico, que abandonen a su clase y al resto de la sociedad. Protegen así al capitalismo, el gran expropiador.

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