viernes, 3 de febrero de 2012

CUBA HEROICA


Si analizamos la historia encontraremos sociedades o grupos humanos que jalan al resto de la humanidad. La sociedad francesa de finales del 1700 es una de ellas, la Caracas de 1810, arrastró a un continente. En el momento el suceso pasa sin ser captado por la mente colectiva.

¿Quién pensaría que aquella escaramuza, un viernes de 1810, en la plaza de Caracas encendería un fuego que recorrió al continente y hasta hoy dura? ¿Quién imaginaría que aquel de barba y sandalias que caminaba por Galilea predicando amor, sería reverenciado por millones y por miles de años?

Es así, los hechos históricos se captan mejor en la distancia de los libros, el tiempo nos da una mejor perspectiva y además levanta los filtros que las circunstancias imponen y los dominante disponen.

Es así, convivimos con una historia que sólo el futuro comprenderá a plenitud.

Ya ha pasado suficiente tiempo, más de medio siglo, para captar con nitidez la importancia de Cuba Heroica. Intentemos aproximación, disipar el humo que dificulta su esencia, su importancia.

En el campo reformista mucho y ligero se habla de la Unión Soviética, del Socialismo, de su fracaso, y poco se habla de Cuba, de su permanencia, de la evolución del pensamiento y la práctica revolucionaria que allí ocurrió.

Los reformistas cuando necesitan hablar de Socialismo prestos brincan diciendo que no será copia del Socialismo Soviético, de esta manera, así, sin explicar más nada, sin mencionar lo bueno, el avance que allí hubo, y sin señalar los errores, se sumergen sin ninguna vergüenza en las cómodas aguas de la socialdemocracia. Simultáneamente voltean para otro lado frente a la experiencia cubana.

El desprecio a la Unión Soviética, desprestigiarla, borrarla, rodearla de una leyenda tenebrosa, además de otras consecuencias negativas, impide apreciar en toda su magnitud la grandeza de la Revolución Cubana.

La Unión Soviética fue el primer intento de la humanidad por zafarse de la dominación capitalista. Fue una gesta asombrosa llevada de la mano de genios políticos, Lenin, Trotsky, Marx, que demostraron que era posible otro mundo.

A partir de allí la humanidad comenzó a transitar caminos inéditos, se había derrocado a un Zar, y simultáneamente se derrotó a los reformistas que querían solo modificaciones del maquillaje de la dominación. El pensamiento y la práctica de la humanidad dio un salto, el hombre se encontró por primera vez dueño de su propio destino, con la posibilidad de liberarse del yugo de fetiches económicos.

Se cometieron errores, el principal de ellos, ya lo dice el Che: "creer que con las herramientas melladas del capitalismo podían construir el Socialismo". Ojala los reformistas que hoy denigran de la Unión Soviética dijeran que no copiarán su error, que no usarán las armas melladas del capitalismo para construir el futuro.

Cuba existe, es hoy faro de la Revolución mundial, porque se trepó en la atalaya de la experiencia Soviética, sólo desde allí se podía construir la teoría y la práctica, el ejemplo para que la humanidad siguiera avanzando. 

Cuando el Che nutrido con la extraordinaria experiencia de la Revolución Cubana, dotado de un instrumental teórico inmenso, que comenzó a construir con lecturas desde su infancia, se aproxima a la experiencia del Socialismo Soviético, inmediatamente capta la desviación que allí ocurría.

En ese momento, dentro de él, hay un forcejeo entre la experiencia de la Revolución Cubana y la soviética, se mezclan, complementan, se rechazan. Al final surge nítida una interpretación de nueva realidad.

No fue fácil, la comprensión de que el camino de la Revolución mundial no es lineal, que hay meandros, retrocesos, extravíos, golpeaba la imagen que se tenía de la Unión Soviética, desconcertaba.

El coraje teórico de la Revolución Cubana pudo superar el escollo, y elaborar una explicación: "El sistema económico empleado en época de emergencia, de penuria, el haber hecho de formaciones tácticas, verdades estratégicas, era la fuente de la desviación que tarde o temprano conduciría el ensayo al fracaso".

La Revolución Cubana, en su situación, por la calidad del camino que había recorrido, donde la conciencia, el espíritu era lo principal, apoyada en el extraordinario temple revolucionario de sus líderes, de su líder,  y la respuesta decidida de aquel pueblo, pudo superar a la experiencia Soviética, seguir el camino Revolucionario. Es así, toda Revolución es la hija inédita de las Revoluciones que la precedieron.

En palabras de Fidel podemos resumir el pensamiento de la Revolución Cubana, su aporte a la teoría revolucionaria mundial: "Crear riqueza con la conciencia, no pretender crear conciencia con la riqueza".

Este pensamiento es el fundamento de toda la Revolución Cubana, guía todas sus acciones desde el Moncada hasta los Médicos internacionalistas.

Cuba hoy, ya con lo que ha hecho está inscrita en la historia como el escalón más elevado en el pensamiento y la práctica revolucionaria. Ese pueblo tiene el inmenso honor de ser la sociedad que ha demostrado al mundo que hay un camino para la salvación de la especie, que se puede vivir en comunidad, que se cometen errores, se extravían rumbos, pero lo importante es continuar, persistir, resistir, nada justifica abandonar, entregarse en los brazos del capitalismo, del egoísmo, de la salida individual, tome este la forma que tome.

Nosotros en Venezuela, estamos llamados a continuar el sendero, tenemos la responsabilidad de fortalecerlo, mantener el fuego y la esperanza. Es necesario fortalecer los lazos políticos con Cuba y con los revolucionarios del mundo.

Si el río de la redención mundial, que se origina con Cristo, Espartaco, del que la Unión Soviética, Cuba, y ahora Venezuela son parte, se trunca, pierde su continuidad histórica, entonces la humanidad quedará sin esperanza, ya no será posible reconstruir los puentes, la especie y la vida planetaria quedará sumergida en un laberinto del que es imposible salir, todos sus caminos conducirán a la extinción.

La unión de la Revolución Cubana y la Revolución Bolivariana no es un asunto burocrático, de números, se trata de la tarea política y del reto más importante de los revolucionarios hoy.

¡Cuba y Venezuela!

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