Desde hace muchos años
los teóricos revolucionarios se dieron cuenta que la Revolución de estos
tiempos tiene que ser internacional, la historia da la razón al "proletarios del mundo uníos"
del Manifiesto, o al "Patria es Humanidad"
del Apóstol Martí.
Los oligarcas, llevados
por las exigencias del capital, globalizaron la economía y el capital se hizo
mundial. Ahora bien, los revolucionarios todavía encallados en los dogmas del
pasado se mueven en el mezquino entorno de lo nacional y, lo que es peor, su
visión del mundo a duras penas traspasa las fronteras de lo nacional, a lo sumo
llegan a percibir el Continente, pero todavía como un asunto geográfico, no
terminan de dar el salto a lo internacional, no terminan de globalizar a la
Revolución.
Un reciente estudio
sobre la economía global realizado por Stefania
Vitali, James B. Glattfelder , Stefano Battiston de la Cátedra de Diseño de Sistemas, ETH Zurich, Suiza, presentado por Alberto Garzón, nos
dice:
Evaluando
la red global que conforman las transnacionales (también llamadas
multinacionales o grandes empresas a secas). Según este complejísimo estudio
que ha analizado las redes de 43.060 transnacionales, apenas 737 de ellas
controlan el valor accionarial del 80% total. Esta distribución de poder es
mucho más desigual que la distribución de riqueza y renta. Además, el 40% del
valor de todas las transnacionales del mundo está controlado por un pequeño
núcleo -core- de 147 transnacionales. Y, más interesante si cabe, de ese núcleo
de trasnacionales tres cuartas partes son entidades financieras.
Se evidencia la
globalización del capitalismo, el monstruo incontrolable que la humanidad ha
creado, la extraordinaria primacía del capital financiero, la voracidad que se
desprende de la necesidad de su reproducción y los peligros que corre el
planeta. Incluso los pueblos del norte son víctimas de la deshumanización de la
economía.
El riesgo inmenso que suponen los intentos de liberación,
hace imprescindible la unión de los revolucionarios del mundo.
No es aceptable que los
obreros vean impertérritos las agresiones de los imperialistas, que dejen
sucumbir a Irak y le den la espalda a Siria, a Libia, a Afganistán, que le den
la espalda al crimen que se comete con los prisioneros de Guantánamo, o ignoren
la crueldad a que someten a los Cinco Héroes de la Humanidad, secuestrados en
las mazmorras gringas por ser representantes del Hombre Nuevo y luchadores
contra los crímenes de lesa humanidad.
Es así, en estos tiempos de capitalismo
globalizado, no es posible la Revolución si no es globalizada, la consigna
libertaria ha evolucionado hasta "Patria es Revolución". Si los revolucionarios no entienden que es
necesario unirse en una sola Patria, bajo una sola bandera, entonces la
Revolución será imposible.
Esta Revolución
Bolivariana tiene la obligación de ser motor de la unidad de los
revolucionarios, de ser cada vez más internacionalista.
Por ser tan habitual,
nos acostumbramos a lo internacional de la agresión contra Venezuela, no la
percibimos en su importancia, en su trascendencia. Son frecuentes las
declaraciones groseras de los voceros gringos, sus congresistas dicen cualquier
barbaridad y los plumíferos escriben como heraldos negros anunciando
calamidades para nuestro país.
Es necesario que entendamos
que Venezuela es un escenario de una
gran batalla internacional que el capitalismo libra para mantener su hegemonía
y llevar al mundo por el camino del suicidio, de la extinción de la humanidad y
la infelicidad de esta generación y las pocas generaciones futuras.
La batalla aquí adentro, nublada por el marketing electoral,
no deja emerger ni los problemas de fondo ni el carácter internacional de la
contienda, las técnicas de publicidad privan sobre lo
trascendente. Pero no es así en el plano internacional, allí la contienda toma
otro cariz, más profundo, más sensato, se muestran claramente las intenciones
del imperio y las pocas y valientes voces que alertan. Veamos.
Fidel Castro, líder de
una Revolución que entiende la responsabilidad internacional, alerta al mundo
sobre la situación en Venezuela. En una de sus reflexiones [Ver Debate
Socialista 178, páginas 6 y 7] escribe:
… “En lo inmediato, todos los latinoamericanos y de modo especial
nuestro país, serán afectados por el proceso que tiene lugar en Venezuela, cuna
del Libertador de América. Apenas necesito repetir lo que ustedes conocen: los
vínculos estrechos de nuestro pueblo con el pueblo venezolano, con Hugo Chávez,
promotor de la Revolución Bolivariana, y con el Partido Socialista Unido creado
por él.
(…) Por mi parte no vacilo en afirmar mi modesta opinión
─emanada de más de medio siglo de lucha─ de que la oligarquía jamás podría
gobernar de nuevo ese país. Es por ello preocupante que el Gobierno de Estados
Unidos haya decidido en tales circunstancias promover el derrocamiento del
Gobierno bolivariano."
Roger noriega, vocero
del pentágono, escribe en el Miami Herald, respondiendo a la advertencia de
Fidel: reconoce la agresión contra el gobierno de Chávez y también evidencia la
discrepancia entre republicanos y demócratas sumergidos ya en la campaña
electoral gringa de la que Chávez es trofeo. Leamos lo que escribe noriega:
"Sería
una sorpresa escuchar que el presidente Obama está abogando por el
derrocamiento de Chávez. La política pasiva del gobierno de EEUU consiste en
mantener relaciones comerciales con Venezuela y desearle el bien a su gente. Lo
que alarmó tanto a Castro es el incremento en los esfuerzos de resolución de la
justicia de EEUU –principalmente por parte de DEA y el Departamento del Tesoro–
para lograr que los funcionarios del régimen de Chávez rindan cuentas sobre su
complicidad con el narcotráfico y el terrorismo.
(…) Mi
opinión es que Estados Unidos más pronto que tarde presentará acusaciones
formales”…
Es evidente lo
internacional de la agresión. La batalla que hoy libramos es por la humanidad,
así lo deben entender los pueblos del mundo, los hombres de buena voluntad, es
necesaria su solidaridad.
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