sábado, 14 de julio de 2012

LA CRISIS DEL SOCIALISMO


Es paradójico, la crisis del capitalismo evidencia la crisis profunda del Socialismo. Este no ha superado el mazazo que significó la caída del llamado campo socialista. La caída de la Unión Soviética trajo confusión, desilusión, los revolucionarios quedaron aturdidos, al mundo lo cubrió el manto de la desesperanza.

En estas condiciones se produjo una cursera teórica, proliferaron toda clase de justificaciones de aquel derrumbe sorprendente y abundaron las propuestas de viejos y nuevos caminos. El quiebre cobró actualidad, la socialdemocracia emergió. Los antes revolucionarios morigeraron su posición y se corrieron hacia lo que antes adversaron, su felonía la justificaron con teorías de apariencia revolucionaria que en el fondo renegaban del Socialismo. Las proposiciones reformistas dieron paso al deformismo: en nombre de la nueva teoría se deformaron los pilares del Socialismo, la ciencia cedió su lugar a la superstición y en ella cabe todo, menos la Revolución. Otros se pasaron con desvergüenza.  

La teoría revolucionaria fue enterrada. La precisión en los conceptos, la claridad de argumentos quedó fuera de moda. La imprecisión, el lenguaje laberintico sustituyó al rigor, se abrió así el campo para la pirotecnia verbal. Hablar de Marx, de Lenin, manchaba. La operación de privar a la Revolución de su teoría fue un verdadero genocidio teórico, el pensamiento revolucionario fue arrasado.

Con la caída de la Unión Soviética el Socialismo sufrió una gran y desconcertante derrota cuyo principal componente fue la devastación teórica. El mundo quedó desguarnecido de los fundamentos de una teoría revolucionaria que guiara los cambios.

De esta manera, desprovistos de teoría revolucionaria y de vanguardias que la encarne, los movimientos emancipatorios fueron víctimas fáciles de nuevas teorías tan novedosas como inútiles. Aparecieron "teóricos" negando la lucha de clases, la toma del poder, la conciencia revolucionaria y la necesidad de la Propiedad Social de los medios de producción.

Esta situación fue sostenible porque los medios de deformación hicieron su trabajo y el mundo aceptó al capitalismo en todas sus variantes y etapas, desde la pequeña propiedad hasta el neoliberalismo, todas formas del mismo monstruo. El mundo admitió la mentira de que los fundamentos del capitalismo, el egoísmo, la competencia, son atributos naturales de la especie.

Sin embargo, el capitalismo siguió su marcha y entró en crisis profunda, global, definitiva. El mundo tal como lo conocemos hace agua en todos los rincones y en todas sus manifestaciones, la especie corre peligro cierto de desaparecer.

Hay quien dice que el capitalismo está en crisis terminal, cuando lo apropiado es decir que la humanidad está en crisis terminal. Las circunstancias son dramáticas, no hay alternativa a la marcha suicida del capitalismo. El mundo necesita otra opción para corregir el rumbo y, lamentablemente aún, no conseguimos librarnos del deformismo que nos guía hacia formas de capitalismo disimuladas, pero siempre capitalistas.

Es necesario traer del olvido al Che y al Fidel teóricos, en ellos, en sus vidas y en su pensamiento está el inicio del camino que la humanidad en peligro reclama.

Si intentáramos reconstruir la historia del pensamiento Revolucionario, en el inicio estarían Espartaco y Cristo, a estos los seguiría una larguísima serie de pensadores: Galileo, Newton, Mendel, Darwin, alguien propondría a Beethoven y estaría bien, seguirían Sócrates, Aristóteles, Heráclito, Hegel, Marx, Lenin, Mao, Gramsci, Mariátegui, Martí, Bolívar, Simón Rodríguez, Einstein,  la lista es inmensa, casi inabarcable,  pero sin dudas al final estarían en puesto de honor el Che y Fidel.

¿Cuál es el aporte del Che y Fidel que los hace merecedores de coronar el torrente de los pensadores revolucionarios? Son los constructores de una obra que hoy constituye la esperanza de la humanidad asediada: la Revolución Cubana. 

Toda Revolución debe buscar en lo más puro, en lo esencial de la Revolución Cubana, las líneas maestras que señalan el rumbo. La Revolución Cubana, en acción y pensamiento, es vanguardia en la travesía revolucionaria, supera todos los estadios de la práctica y la teoría revolucionaria, se empina sobre los hombros de la historia y señala el camino.

El derrumbe de la Unión Soviética puso a prueba a la Revolución Cubana y salió victoriosa, superó el período especial, resiste el bloqueo. Cuando todo el mundo entró en el marasmo capitalista, la Revolución Cubana aguantó, no se derrumbó, fue ejemplo. Así se ganó el puesto en la historia. Pero ¿cuáles son las grandes enseñanzas de la Cuba Revolucionaria?

Lo primero que debemos entender es que allí se escenifica desde siempre, como dijo el Che, una feroz lucha ideológica. Esta es la primera gran enseñanza: las revoluciones no son una línea recta, su curso está lleno de ángulos, saltos y retrocesos, de convivencia con lo errado. Es necesario, entonces, diferenciar "la paja del trigo", desentrañar las grandes líneas de ese proceso extraordinario, las que les permitieron ser lo que son y desechar las contaminaciones del camino, los retrocesos tácticos, los errores. Estar alerta frente a los que intentan vendernos paja por trigo y gato por liebre.

El elemento guía de la Revolución Cubana, lo que la caracteriza, es la idea de la hegemonía de la Conciencia de Sociedad sobre el egoísmo. Este concepto viene desde el Asalto al Cuartel Moncada, se consolida en la Sierra Maestra y se hace objetivo en el ejercicio del poder. Todas las acciones de la Revolución tienen esa marca.

Otra inmensa enseñanza de la Revolución Cubana es que sí se puede construir Socialismo, ella lo hizo a pocas millas del imperio, sobre todos los dogmatismos. Demostró que se puede y que además es el deber de los revolucionarios construir el Socialismo, no hay excusas para no hacerlo.

El deber de la Revolución Bolivariana es fortalecer la idea y la práctica Socialista, que el Socialismo se constituya en alternativa, fuente vigorosa que irrumpa en el mundo como una esperanza, sin dejar que las pocas llamas que aún perduran sean yuguladas por el cerco capitalista. El mundo nos necesita ahora, no hay tiempo que perder, mañana será tarde. Hoy, ser potencia es ser ejemplo de superación del capitalismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario