domingo, 29 de abril de 2012

¿QUÉ TIEMPOS VENDRÁN?


¿Qué tiempos vendrán? ¿serán días de epopeya, o por el contrario se oirán  los aullidos hirientes de lo mediocre? La respuesta está en nuestra acción en los días por venir.

La Revolución Bolivariana, el pueblo humilde de Venezuela está bajo el fuego cruzado de una agresión psicológica de alta inteligencia, es preparación de un brutal zarpazo que ya asoma con nitidez en el horizonte. Las señales son claras. "El cielo está nublado."

La operación golpista sigue el guión imperial aplicado en Irak, Libia, es fácil descubrir sus pasos: primero crean la ficción de un gobierno peligroso para la tranquilidad de los pueblos del norte, cabalgan sobre la ola de miedo creada con el derrumbe de las Torres Gemelas, o el atentado de Madrid, activan el terror recordando aquellos episodios.

Aquí hablan de narcoestado con la desfachatez que en Irak hablaron de armas de destrucción masiva, probar la acusación no importa, los medios se encargan de convertirla en verdad, aplican la doctrina de repetir la mentira mil veces.

Conseguida la ficción de Estado peligroso, pasan a la segunda fase: crear una situación que amerite la acción de la "Caballería Gringa," de los gendarmes del mundo. Este paso tiene variantes, pero todas crean la imagen de ingobernabilidad, de atropello a los hipócritas derechos humanos.

Por último van al desenlace: invaden, apoyan secesiones, secuestran gobernantes.

Esta es la situación que atravesamos, frente a este peligro estamos, que nadie se llame a engaño, que nadie hable de pesimismo. La primera medida para triunfar es reconocer el peligro, la política de los avestruces conduce a la derrota.

 Vivimos tiempos definitorios, este pueblo, su dirigencia decidirán cómo pasaremos a la historia: 

O cómo un pueblo iluso, manipulado, que entregó su futuro, que no supo defender a sus Libertadores: Bolívar, Zamora, Fabricio, Américo Silva, un pueblo que, engañado por los prestidigitadores del circo imperial negó al Comandante antes de que un gallo cantara tres veces.

O pasaremos a la historia como un pueblo valiente, cimarrón, irreductible por cuyas venas corre sangre de Zelotes, de los héroes de Carabobo, de Iracara, de Santa Inés, de los Humocaros, de Cantaura, que supo marcar el camino de la derrota del imperio capitalista, de la redención de la humanidad. Un pueblo que defendió hasta con los dientes su derecho a decidir su futuro, a su Comandante, a sus sueños.

¿Cómo seremos recordados? ¿Qué podremos contar a nuestros hijos? se decide en los próximos días: si no somos capaces de erguirnos sobre el engaño, si sucumbimos en lo mezquino, en lo egoísta, nos condenaremos a la nada de una existencia vacía, perderemos el sentido que surge de una historia digna.

Ahora bien, si somos capaces de elevarnos guiados por la historia sagrada que nos da fraternidad, por su amor, entonces, por fin, después de milenios, el hombre podrá vivir según el precepto Cristiano de amarnos los unos a los otros. Fundaremos el Socialismo.

El golpe se desarrolla frente a nuestra embobecidas narices, los vapores de las elecciones burguesas nos nublan la vista, todo lo vemos con el cristal electoral. No somos capaces de relacionar, las encuestas gobiernan nuestro raciocinio.

Lo del magistrado traidor tiene que ver con la manipulación de la opinión del gringa, es una pieza fundamental del golpe, y así tiene que responderse, el problema no es aponte, es el golpe que avanza, es necesaria ¡ya! una respuesta sería y fuerte.

Estamos frente a una escalada de hechos que suman, que llevan agua el molino del golpe: asesinatos de militares chavistas de alto rango, incendios en centros eléctricos, desabastecimiento, y sobre todo rumores de todo tipo.

La humanidad atraviesa un reacomodo de la dominación mundial, similar al de los días de la Independencia, a los de la Primera Guerra y Segunda Guerra Mundial. Los tiempos de crisis de la dominación imperial, de agudización de los conflictos interimperiales son propicios para el avance revolucionario. Recordemos la liberación de la América, la Revolución Soviética, el Campo Socialista, todos ligados a estas crisis.  

Vivimos época definitoria para el país y para la humanidad: podemos salir de este reacomodo con nuevos amos imperiales, o podemos salir con el resurgimiento de la esperanza, la respuestas está en nosotros: Podemos escoger el camino de los mantuanos de 1810 y formar una “Junta de protectores de los derechos de Fernando VII”, es decir, someternos al imperio, cambiar de caras y quedar en la misma dominación capitalista.  O podemos dar un salto histórico, de la mano de Miranda, de Bolívar, y caminar hacia nuestro 5 de Julio, fundar la opción socialista, ir más allá de los imperios, independizarnos.

La Revolución Bolivariana es la Esperanza, esa es una de las causas fundamentales de la agresión, nos atacan más por nuestro ejemplo que por nuestras riquezas, saben que la crisis es terreno fértil para la Revolución.

Hasta ahora han podido mediatizar las protestas mundiales, mantenerlas en el redil, sin peligro para el sistema. Temen que nosotros demos el ejemplo de la Revolución verdadera, del Socialismo, a los indignados, a los inmigrantes ilegales, a los explotados del mundo, a los proletarios, temen que la pasión libertaria que en 1810 encendió al Continente se repita.

Es un deber sagrado para este pueblo, para nuestros dirigentes, defender a la Revolución con inteligencia y coraje. Debemos alertar, alertarnos de la amenaza, concientizar la importancia de lo que representamos, y entender el deber más allá de lo local de preservarlo. No hay cabida para la improvisación, para los inventos sin base. Se trata de una guerra contra la potencia más poderosa en inteligencia y fuerza que ha conocido la humanidad. Es hora de organizarnos para el combate, con disciplina, con claridad de objetivo, con eficacia operativa, sólo así podremos dar una respuesta eficaz, tendremos éxito. 

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